Elimina el ruido. Para encontrar tu elemento tienes que conocerte mejor. Debes invertir tiempo en ti misma, dejando de lado las opiniones de los demás
Sir Ken Robinson
Dieta hipo informativa
Hoy va a ser un capítulo un tanto especial porque os voy a hacer el 2×1 típico de verano. Pero antes de entrar en materia recuerda: este es el hogar de toda la tribu que estamos de camino hacia nuestro Ikigai y donde podrás encontrar reflexiones y ejercicios para tu expansión como ser humano.
Bien decía que el capítulo de hoy va a ser un 2×1 y es que os daré una idea sencillísima de ejercicio para mejorar vuestro bienestar mental y a la vez hablaremos de uno de los máximos referentes en mi vida: Sir Ken Robinson.
El ejercicio básicamente es el que yo estoy tratando de realizar actualmente en mi vida y es hacer una dieta hipo informativa. ¿Qué es esto? Pues básicamente es dejar de ver las noticias, leer diarios y cualquier tipo de información y contacto con la actualidad. Pero Javi, me dirás, ¿cómo voy a estar al día de mis cosas si no conecto con todo esto? Tranquilos, que os enteraréis de todo aunque sea un pelín más tarde que la mayoría. Y los beneficios que obtendréis en base a la reducción de ruido, calma mental y tiempo para dedicarlo a cosas que realmente os conecten y os interesen compensan sobradamente.
Sir Ken Robinson nos deja
Pues ahí ando yo con mi dieta hipo informativa y de repente: ¡zas! Un titular en LinkedIn me azota con la mano abierta en toda mi alma: el pasado viernes 21 falleció Sir Ken Robinson. Uno de mis máximos referentes en mi vida gracias, sobre todo, a las charlas TED que tanto me impactaron y de las que salía energizado, y con un rumbo claro: transformar la educación.
Gracias Sir Ken, por existir, hacerme reír e iluminarme con tu mensaje. Desde el capítulo de hoy, quiero homenajearle extrayendo los mensajes clave de su charla TED más visitada (con más de 66 millones de visitas). Casi todo lo que hoy escucharás aquí no es mío. Es de mi maestro. Lo mejor es que si te gusta lo que aquí explico, te recomiendo encarecidamente su charla TED porque te va a hacer reír un montón, de verdad.
Quien es Ken Robinson
Antes de meternos en materia, te pongo en contexto de quién voy a hablar. Ken (Robinson, no el de Barbie) nació en 1950 en Liverpool. En su libro “Encuentra tu elemento”, nos explica que creció en una familia numerosa, cohesionada, tremendamente sociable y divertida. Pero que de pequeño pasaba mucho tiempo en soledad, ¿por qué? Bueno, básicamente pilló la polio cuando tenía cuatro años quedándose prácticamente paralizado. Nos explica también que ceceaba y que era tremendamente encantador así rubito y pelo rizado y que todo este conjunto de circunstancias hacía que la gente se deshacía y que le ofrecían dinero por la calle.
Todas estas situaciones, incluido su paso por un logopeda, le forzaron al ensimismamiento y también su carácter le hacía tender a ser alguien apacible e introvertido. Algo que flipas cuando le ves en el escenario de una TED talk, la verdad.
El Elemento suele llegar de manera inesperada
Una de las circunstancias que le llevaron a descubrir su Elemento fue gracias a la boda de su prima Brenda, cuando Ken tenía 30 años. Dos de sus hermanos y un primo suyo montaron una velada de cabaret en la que se disfrazarían de mujeres y escenificarían canciones de moda a 45 revoluciones para que sonara algo parecido a Alvin y las ardillas. Como ves todo un entorno muy controlado (modo ironía off).
El caso es que el grupillo necesitaba un presentador y su hermano mayor propuso que fuera Ken. Algo que dejó a todos sin palabras. Yo me lo imagino como en la película de “El discurso del rey” cuando tiene que hablar frente a toda la multitud del estadio. Sigo leyendo a Ken, dice: nunca había hecho algo parecido. Lo hice porque siempre he pensado que uno debe enfrentarse a sus miedos en lugar de esquivarlos. Si no los exorcizas, puede martirizarte hasta mucho después de haberse desvanecido.
Total, que ese fue el inicio de Sir Ken Robinson para dar con su elemento que es la comunicación y el trabajo con las personas. Por si lo queréis saber, la prueba fue muy bien y el grupo se fue de gira durante unos cuantos años. Ken ganó confianza hablando delante de público desconocido y le reclamaban en las jornadas de debate de la escuela y tal.
Así que atrévete a superar tus miedos como Ken y muchos otros 😉
Todos somos educadores
Ahora sí, me centro en la charla más famosa del orador inglés. Estamos en un momento en el que no tenemos ni idea de qué va a suceder en términos de futuro (esto era en 2006, imaginaros ahora). Creo que todos tenemos interés en la educación. Tenemos un gran interés comprometido en parte porque es la educación la que nos va a llevar a este futuro que no podemos comprender.
Los niños que empiezan la escuela este año se van a retirar (si lo hacen) en el año 2081. No tenemos idea de cómo será el mundo en 5 años y se supone estamos educando a los niños para él…
La educación mata la capacidad innata de los niños
En esta charla que es de 2006, Sir Ken habla de las extraordinarias capacidades que tienen los niños, de sus capacidades de innovación. Todos tienen talentos extraordinarios que desperdiciamos sin piedad.
Por ejemplo cuenta la anécdota de una niña que normalmente no prestaba mucha atención en la escuela, pero ese día en clase de dibujo parecía muy concentrada. Así que la profesora se le acercó y le preguntó: “¿qué estás dibujando?” a lo que la niña le respondió: “estoy dibujando a Dios”. La profesora descolocada le contestó: “Pero nadie sabe cómo es Dios”. Y la niña le dijo: “Lo sabrán en un minuto”.
Tras otra anécdota de su vida particular, bueno de su hijo, lanza el mensaje: Lo que tienen en común estas historias es que los niños se arriesgan. Si no saben, prueban. ¿Os suena esto de algo? Sí, de la mirada del explorador con la que tanto os taladro.
Si no estás abierto a equivocarte, nunca se te va a ocurrir nada original. Nada auténtico. Nada genuino. Y el caso es que a la edad cercana a ser adultos, la gran mayoría de los niños han perdido esta capacidad.
En el podcast puedes escuchar un ejemplo propio de inicios de este año 2020 en la prueba piloto de Ikigai LifeCourse que realicé a un grupo de chavales de 3º de la ESO.
Qué estamos haciendo con nuestros niños
Tienen miedo a equivocarse. Y dirigimos nuestras vidas así. Nuestros negocios así. Nuestras relaciones así. Todo con miedo. Estamos defendiendo sistemas educativos donde los errores es lo peor que puedes hacer. Donde se enseña a los niños que solo hay unas pocas maneras adecuadas de relacionarse con el mundo y no se les enseña que su manera auténtica de relacionarse con el mundo también es válida y tiene cabida. Que tiene valía.
Así van pasando los años y los niños se desarrollan en un entorno que constantemente les está encorsetando y moldeando para “triunfar” en un mundo que nadie sabe cómo será. Y que precisamente necesita de creatividad, riesgo, y conexión con la propia valía y no con el miedo.
La creatividad, la gran damnificada
Cuando viajas por el mundo, dice sir Ken Robinson, ves que en todas partes el orden jerárquico de la escuela es exactamente el mismo. Primero van las mates y las lenguas, luego las humanidades y finalmente las artes. Y dentro de las artes también hay otra jerarquía, arte y música, van por encima de drama y danza.
A medida que los niños crecen, vamos pasando de educarles como un ente entero a considerar solo de cintura hacia arriba. Luego solo nos concentramos en sus cabezas. Y finalmente solo en uno de los lados del cerebro. Ya sabes de cuál hablo. Total que al final salen viviendo en su mente, en su cabeza. Y se vuelven personas que solo tienen el cuerpo para transportar su cabeza.
Lo que Sir Ken Robinson quiere alentar con su charla es promover que la creatividad es igual de importante que literatura o matemáticas y que les deberíamos dar el mismo peso. El mismo estatus. Estamos en 2006. La sala aplaude.
El sistema educativo en caída libre
Ahora que estamos a las puertas de un nuevo curso. Uno muy especial dadas las circunstancias. Me parece muy adecuado revisar el funcionamiento de este sistema que todos estamos defendiendo de alguna u otra manera.
Algunos recordaréis el capítulo 2 de este podcast donde explicaba el origen del sistema educativo. Una educación industrializada y que se sustenta bajo dos principios:
- Aquellas materias más útiles para el trabajo son las más importantes y las que se les da más peso
- El concepto de inteligencia se define en base a la habilidad académica del estudiante
Es decir, por un lado te alejan de aquello que más te gusta con la idea de trasfondo “nunca encontrarás trabajo de eso”. Y por otro se te evalúa en función de lo habilidoso que eres aprobando exámenes. De hecho, esto es así porque la educación escolar se ha convertido en un extenso proceso de admisión universitaria. Si lo piensas, los dos años de bachillerato están orientados a la prueba de la selectividad.
A nadie en el sistema educativo le importa si te están educando para la vida que hay fuera de la escuela. De hecho, hace unos episodios ya vimos que todo esto está caduco. La tendencia del mundo profesional está cada vez más cercano a las competencias y las soft skills que hacia el desarrollo técnico y una de las más valoradas es la creatividad, justo la que Sir Ken Robinson promovía.
Conclusiones de Sir Ken Robinson (en sus palabras)
Creo que la única esperanza para el futuro es adoptar una nueva concepción de la ecología humana, una en la que reconstituyamos nuestro concepto de la riqueza de nuestra capacidad. Nuestro sistema educativo ha explotado nuestras mentes tal y como nosotros lo hacemos con la tierra: buscando un recurso particular. Y para el futuro esto no nos va a servir. Debemos repensar los principios fundamentales bajo los que estamos educando a nuestros hijos.
Debemos usar el don de la imaginación humana de manera sabia para poder evitar algunos escenarios. (Se refiere a escenarios que hablaron en la TED Talk de 2006). Y la única manera de hacerlos es viendo lo ricas que son nuestras capacidades creativas, y ver la esperanza que representan nuestros hijos. Y nuestra tarea es educarlos en el ser completo que son para que puedan enfrentar el futuro.
Mientras todo esto se va construyendo, todos los adultos podemos hacer dos cosas. La primera es ir desarrollando a nuestro explorador interior, volver a reconectar con él o con ella. Para ello recuerda que tienes varios ejercicios en este podcast y si necesitas más me puedes escribir en proyectoikigai.com/contactar. La segunda cosa que podemos hacer es dejar a los niños en paz. Centrarnos en aprender de ellos y no tanto al revés.
Una vez más, muchas gracias
Espero que te haya gustado. Y si es así, te estaré eternamente agradecido si te suscribes a Spotify, o en iVoox, lo compartes por tus redes sociales, e incluso si lo valoras con 5 estrellas en iTunes. Así será más fácil que localicen nuestra tribu, ampliaremos esta familia de exploradores y conseguiremos que cada vez más personas encuentren su Ikigai. Yo a cambio publicaré de forma regular y periódica, e incluso os daré las gracias personalmente en los próximos episodios.
Exploradores, ¡Seguimos en la aventura de la vida!
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