Empieza donde estés. Utiliza lo que tengas. Y por encima de todo, deja de enredar. Donde el alma sonría, ahí es.
Sergio Fernandez
Dedicación muy especial
Este capítulo me gustaría dedicarlo a todos los curiosos y exploradores que conocí el pasado fin de semana en el seminario de vivir con propósito. Me habéis metido un chute de energía que los de red bull me han llamado por si me pueden extraer sangre para su próxima bebida. Un abrazo y un beso a todos vosotros, pero ya sabéis: dejad de enredar.
Antes de empezar me gustaría compartir con todos vosotros escucha-exploradores que ya tenéis disponible el primer curso de Proyecto Ikigai. Un curso centrado en acompañarte a decubrir tus talentos naturales y tus cualidades innatas.
Nota: El curso anterior está integrado en el nuevo programa de Mastermind Encuentra tu vocación.
Y ahora sí, soy Javi Vidal, tu guía en este viaje explorador y ya sin más dilación… ¡Empezamos!
Expertos del enredo
Lo que hoy os comparto es una combinación de diferentes aprendizajes que he adquirido en este seminario de Sergio Fernández junto con lo que he vivido en mi propia experiencia. Vamos a por ello.
Si algo me ha quedado claro de este fin de semana es que da la sensación que en estos últimos años de existencia si en algo nos hemos vuelto expertos los humanos es en el arte de enredar. Mareamos tanto la perdiz que cuando estamos a punto de comérnosla para ser felices vemos que tiene tan mal aspecto que la rechazamos.
¡Qué bello explorar dos frases populares como «Marear la perdiz» y «Fueron felices y comieron perdices» y ver que al juntarlas sale una lectura imprevisible!
¿Cómo se come esto del enredo? ¿Por qué lo hacemos tanto?
Pues parece que la respuesta es sencilla: enredar tiene cierta ventaja. Ya lo dice de nuevo otro refrán: «Más vale malo conocido que bueno por conocer.«. Nos hemos creído a pies juntillas estas 8 palabras llenas de bazofia. Y te aseguro que si exploras bien vas a poder encontrar los beneficios de enredar. Un clásico, por ejemplo, es tener la atención de todo tu entorno.
Y la atención es uno de los mayores lujos en la sociedad que hemos creado, y no tu tiempo como se nos dice.
Veamos cómo funciona.
Conjuguemos el verbo enredar: Yo enredo. Tú enredas. Alguien me lo hace consciente. Nosotros nos molestamos. Quedamos en un bar y le damos al deporte nacional. Yo me quejo. Tú te quejas. Él o ella se quejan. Y nos damos likes mientras nos sirven la ¿qué número de birra es esta ya? Volvemos a casa y mañana será otro día. Pero hoy ya he conseguido la atención que necesitaba. Como un niño o una niña pequeña. Sin hacerme responsable de mi propia vida. Y así me va, aunque no quiera darme cuenta.
Donde el alma sonría ahí es.
Bonita frase esta de donde el alma sonría, ahí es, ¿verdad? Pero… ¿Qué quiere decir? Y ¿qué tiene que ver con Ikigai? Mirad exploradores. Esto de encontrar nuestro Ikigai es muy sencillo en verdad: es explorar cosas e irse preguntando constantemente: ¿mi alma está sonriendo al máximo?
Si la respuesta es que sí, p’alante.
Y como decía Steve Jobs, si la respuesta es que no durante muchos días seguidos… Sabes que tienes que explorar otra cosa.
Ale, ya me he quedado sin trabajo. Si te apiadas de mí te paso la factura y así puedo comer algo a final de mes. 😛
Pero si es tan fácil, Javi, me preguntarás… ¿Por qué hay tanta gente insatisfecha? ¿Por qué somos tantos en un seminario de vivir con propósito? ¿Por qué alguien como Tonny Robbins logra reunir al menos a 7.000 personas en sus trainings? ¿Por qué no soy capaz de detectar mi «donde el alma sonría ahí es»?
La respuesta corta es porque nos hemos vuelto expertos en enredar. La respuesta más elaborada sería porque a lo largo de nuestra infancia y vida se nos han enseñado mensajes erróneos que nos han vuelto niños pequeños con cuerpos y distracciones de adultos.
Collejas cósmicas
Sigamos escudriñando esto del enredo. Vamos a ver ahora cómo nos podemos dar cuenta si estamos enredando o no. Me gustó mucho una explicación que hacía Sergio que la bautizó como «collejas cósmicas».
Explica Sergio que la vida te va guiando y lo va haciendo como en tres fases:
- en susurro,
- en palabra
- y luego en colleja cósmica.
Yo lo he podido vivir en mis propias carnes, por lo que seguramente tú también has experimentado algo similar. Pongamos un ejemplo para ver a qué se refiere.
Tomemos esto de vivir acorde a un propósito que te apasiona y para el que tienes mucho valor que aportar. Si no estás viviendo eso, primero la vida te va susurrando sensaciones del tipo desazón, aburrimiento, como que tu cuerpo pesa, descansas mal, etc.
Si en esta fase no te das cuenta pasamos a la palabra. Aquí ya empezamos a conectar con la ira, el cabreo, el cansancio se vuelve más heavy por lo que somos más susceptibles a ciertos sucesos. Y desde aquí empezamos a provocar un poco más de caos: pues discusiones en el trabajo, no aguantamos y nos tenemos que escapar al baño para llorar y que nadie me vea, llegamos a casa decaídos, nos culpamos y empezamos a trasladar todas estas sensaciones a nuestra vida personal.
Aquí si no empezamos a darnos cuenta ya de que algo falla pasamos a la última fase, la colleja cósmica. Que yo me la imagino como una estrella o un planeta súper poderosos con un gorro de cucurucho tipo mago que te meten una ostia que te gira la cabeza. Siguiendo con el ejemplo ya serían cosas más serias del tipo: enfermedades bestias (dolores físicos, depresiones y demás), un accidente, la muerte de un ser querido, divorcios y cosas de estas. Vamos, para que te enteres bien que necesitas tomar la responsabilidad de tu vida y ordenarla.
Ningún papel es más o menos importante que otro
Cuando entendemos esto uno puede empezar a preguntarse, ¿y cómo he llegado a esta situación? Bueno, antes comentaba que todo tiene que ver con la educación que recibimos. No sé si te has dado cuenta, pero esta educación está orientada para que encajemos en una sociedad concreta y no se orienta a que descubras tus talentos, aprendas a confiar en ellos y sepas vivir una vida plena a tu manera. Vamos, que en vez de educar lo podríamos llamar encorsetar.
Hoy no quiero entrar en este tema, pero básicamente bajo todo este contexto nos creamos un personaje con el que nos identificamos. Y aquí es donde empieza todo el lío. Pero bueno, explicado corto: básicamente existen dos maneras de arruinarte la vida pensar que soy mejor que alguien o pensar que soy peor que alguien.
Y como ves, el punto en común está en «pensar». Porque en verdad ningún papel es más importante que otro, siempre que estés en tu papel. Nadie es mejor o peor que otro, siempre que estés siendo tú mismo. Acéptate tal y como eres.
Necesitamos tener conciencia de muerte para tener lucidez de vida
Si todo esto te resuena de alguna manera te invito a ponerte en acción. No importa cómo lo hagas. En mi propia experiencia he aprendido que cada uno vibra con un mensajero distinto. Y ya sabemos que el mensajero no es importante, sino el mensaje.
Llegados a este punto te voy a regalar una bellísima frase de Sergio: «Necesitamos tener conciencia de muerte para tener lucidez de vida». Explora qué significa para ti todo esto.
Cómo salir del enredo
Esto es algo que profundizo más en el podcast, pero si quieres un breve listado de los pasos que te permiten salir de tu enredadera, ahí va:
- Párate
- Cuéntate verdad, aunque no te guste
- Para ponerte en acción, pregúntate:
- ¿Qué estoy haciendo con los regalos que me han dado?
- Y luego, ¿dónde voy a ser más útil para la humanidad?
- Recuerda: Poner en duda tus talentos es un acto de soberbia frente a la vida. Lo disfrazamos de humildad pero no te equivoques, es soberbia.
- Valida tu intuición con pequeñas acciones
- Entrégate a fondo, ya sabes… El efecto actitud.
- El premio gordo es hoy, así que aíslate de todo «enganche» con los posibles resultados. Te quemará.
Deja de enredar
Empieza ya. Tienes más que de sobras para empezar. La vida no da sueños sin dar los recursos necesarios para cumplirlos. Pero la mente se opone. La mente duda. Y si te la crees y le das el poder, entonces nuestros talentos se empiezan a marchitar con el tiempo. Pon todo tu corazón y alma en lo que hagas. ¿Cómo se hace? Entregándote a fondo en cada una de las pequeñas cosas que hagas.
Y entonces te darás cuenta. Reconocerás que vas por buen camino. Lo reconocerás porque el alma sonríe. Porque tus días empezarán a tener más vida.
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Exploradores, ¡Seguimos en la aventura de la vida!
¿Te ha gustado este capítulo?
Para mí es muy interesante saber cómo te están ayudando todas estas reflexiones, entrevistas y propuestas de ejercicicos. Puedes darme tu opinión aquí o dejar tu valoración:
Rakel dice
Me ha encantado Javi.
javi dice
¡Muchas gracias Rakel! Espero que puedas integrar estos aprendizajes en tu vida si es que no los tienes aún! ^^ Un abrazo gigante!
Julio Herrera dice
¡ Excelente! En nuestro mundo faltan muchas voces de esperanza y de ánimo y lo que están haciendo es lo mejor. Un abrazo.
javi dice
¡Muchas gracias Julio! ¡Aquí estamos insuflando toda la energía que tenemos!