Borrón y
Javi Vidalcuentasonrisa nueva”
Mi querido Septiembre
Hoy es un día lluvioso de Septiembre. Sí, vale, me has pillado… Los podcasts no los grabo los domingos, lo intento dejar todo preparado durante la semana para ir más tranquilo. ¡Culpable!
Decía, hoy es un día lluvioso de Septiembre. Algunos de vosotros puede que estéis escuchando esto y ya estéis buscando ventanas abiertas para tiraros. “Oh mira, este puente parece que tiene buena pinta para saltar y no volver nunca más…”. O cosas por el estilo. Perdonad que frivolice con este tema, pero es que me temo que puedo hacer humor de casi todo. Ya me iréis conociendo.
El caso es que a mí me gustan los días así. No solo eso, sino que me encantan. Abro la pequeña ventana de mi habitación despacho y entra el fresco. Oigo llover. Bueno y un pesado que lleva haciendo obras todo el verano, pero es lo que hay. Huele a frío. Porque no sé si lo habéis notado, pero el frío huele de una manera especial. Es un olor que se te mete dentro del cuerpo, me encanta.
Así empieza Septiembre, un mes duro para muchas personas pero que a mí me trae muy buenos recuerdos. Para mí es el mes que me reencontraba con los amigos del cole. El mes que olía a libros nuevos. El mes que estrenaba libretas, bolis y colores que nunca jamás volvería a ver. El mes de las redacciones de «qué has hecho este verano». El mes de volver a casa tras un pequeño viaje. El mes de limpiar el hogar para prepararme en un nuevo curso. En definitiva, para mí Septiembre es el primer mes del año. El mes de borrón y cuenta nueva.
Y esto es lo que os propongo hacer hoy. Un pequeño borrón o uno grande si lo necesitáis. Y prepararnos para un nuevo año de montañas rusas llenas de ilusiones y subidas y bajadas.
En este caso yo lo voy a hacer repasando un poco los 5 ejercicios que os he propuesto a lo largo de esta primera temporada del podcast y los aprendizajes que he extraído de mí. Pero, vamos, tú lo puedes hacer como te dé la gana, solo faltaría que yo dirigiera tu vida. ¿Te imaginas? xD
Aprendiendo de mí con el ritual satánico
Empiezo por el ejercicio del ritual satánico, porque creo que es el primero que uno tiene que investigar para saber cómo orientar todos los demás ejercicios. En mi caso durante el confinamiento me di cuenta que tenía una vergüenza espectacular a bailar solo en casa y mucho antes también vi que tenía problemas a exponerme delante de conocidos con el bañador de Borat.
Claro, esto me expuso de una manera muy heavy que me estaba auto boicoteando de lo lindo. ¿Cómo pretendía transformar mi vida si ni siquiera me permitía experimentar mis mayores vergüenzas cuando estaba solo? Ésta es la pregunta que me carcomía por dentro hace más de un año y pico. En mi caso decidí apuntarme a teatro y poco a poco siento que me he ido soltando muchísimo.
Aún me queda trayectoria que recorrer para ser más flexible y abierto tanto de mente como de cuerpo, pero estoy contento con lo que he experimentado este último año. Para que te hagas una idea, este año he logrado:
- Improvisar delante de una clase de 20 compañeros
- Durante el confinamiento grabé un vídeo cada día con historias varias para divertir a la gente (las podéis ver en mi IG personal) y recibía mensajes cada día de mis amigos
- Hice un live para experimentar mi vulnerabilidad bailando y usando el bañador de Borat. Estaba cagado pero lo superé y aquí estoy vivito y coleando contándotelo.
- El colofón final fue cuando para el ejercicio final de las clases de teatro decidí desnudarme delante de mis compañeros. Tuve una batalla muy bestia con mi mente, pero al final lo logré y me siento liberado.
Aprendiendo de mí con los castillos y las mazmorras
En el ejercicio de los castillos, dragones, cabañas y mazmorras por mi parte no hace falta explayarme mucho. De alguna manera siempre me ha gustado vivir como un niño pequeño y no necesito mucha excusa para ponerme a ello.
Lo curioso sí que fue que este año cuando estaba con mis sobrinos, no sé muy bien por qué yo estaba agotadísimo físicamente. Así que al principio intentaba no involucrarme mucho en los juegos de Aimar y Ainara, pero luego me di cuenta que eso no era vivir el momento. Así que de alguna manera me sobrepuse (reconozco que me costó un montón) pero desde ahí el día cambió radicalmente.
Por supuesto que estaba agotado, pero cuando no me iba a la mente ni me enteraba que mi cuerpo estaba así. Simplemente disfruté de un día más en familia impregnándome de la energía de mis sobrinos. Así que podría decir que más allá de los aprendizajes propios de este ejercicio, también le gané un minipunto a la mente y a la pereza 🙂
Aprendiendo de mí siendo otra persona y con la dieta hipoinformativa
En el capítulo 7 os propuse un ejercicio para experimentar la vida siendo otra persona. Aquí he de confesar que no lo he puesto en práctica aún. Bueno, no lo he puesto en práctica tal y como lo describo.
Sí que en algunos escenarios he intentado imitar a alguno de mis amigos. Pero ha sido siempre en entornos en los que ese (o esos) amigos estaban a mi lado. Digamos que me he permitido expandirme tímidamente. Ahora me toca ir un poco más allá y experimentar cualidades que sé que tengo pero que necesitan desempolvarse.
Lo mismo me pasa con lo de la dieta hipoinformativa. Tengo un juego de estira y afloja absurdo. He notado que muchas veces me meto a leer noticias simplemente por sentirme aburrido delante del ordenador. Pero sí que he sentido más calma y paz cuando no he dedicado tiempo a las catástrofes que nos cuentan por los noticiarios o los periódicos. El siguiente paso sería darme cuenta de esto antes de caer en la trampa.
Aprendiendo de mí en vacaciones
Y finalmente el primero de los ejercicios que os propuse y que creo que dado el momento del año en el que estamos es bueno que volvamos a experimentar. Sí, el ejercicio de irnos de vacaciones. La verdad es que me ha costado mucho, pero a lo largo de los años he logrado integrar este espíritu vacacional a cada día de mi vida.
Lo que más dificultad me ha presentado ha sido, sobre todo, el tema de los horarios. De alguna manera había comprado el típico horario de ir a trabajar de 9h a 18h de lunes a jueves, hacer intensiva los viernes y no trabajar los fines de semana. Pero desde que soy autónomo poco a poco he ido borrando más la línea divisoria entre lo personal y lo profesional. Así, si un jueves por la mañana me quiero ir a jugar a vóley playa lo hago y si luego me quedo un sábado todo el día trabajando lo hago.
Mentalmente los primeros dos años me era imposible, seguía departamentado. Dividido. Pero ahora ya he entendido que la vida es una, que no entiende de horarios, tampoco entiende de diferencias entre el Javi personal y el Javi profesional y que, simplemente, hay que vivirla a tope allí donde estés.
Conclusiones
Con todas estas reflexiones, veo que he ganado en confianza, en soltura, en valentía, creatividad y atrevimiento. Cada vez dejo más de lado el vacío existencial que tenía y me conecto más con una actitud de explorador y de ahí me pongo en agenda acciones que me permitan vivir aquello que para mí vale la pena vivir. Mi Ikigai. Por ejemplo, en mi caso, para este próximo curso ya me he apuntado a un curso de improvisación y juego. También tengo en mi timeblocking el próximo curso online que voy a preparar y un par de libros que leer.
No me mires, únete
Ahora te invito a ti a hacer tus propias reflexiones. ¿Qué has vivido este año? ¿Cómo está tu confianza? ¿Qué vas a hacer para dar un paso al frente? Pon en agenda aquello que estás postergando desde hace mucho tiempo. ¿Quieres conocer gente para ampliar tu círculo de amistades? ¿Qué harás? ¿Quieres ponerte en forma? ¿Cómo lo harás? ¿Quieres explorar tus soft-skills o tus cualidades? Dime qué acciones tomarás.
Como siempre, ¿qué tiene que ver todo esto con nuestro Ikigai Javi? Bien, en el libro de “El método Ikigai” de Francesc Miralles y Héctor García (que es el libro de ejercicios) hay un capítulo dedicado al feedback de la mirada ajena como propuesta de ejercicio para saber más de uno mismo. Yo me he atrevido a llevarlo a nuestro terreno sin que tengas que ir a preguntar a los demás, pero sí que me quedo con las 3 preguntas básicas que plantean al final del capítulo:
- ¿Qué debería DEJAR de hacer?
- ¿Qué debería SEGUIR haciendo?
- ¿Qué debería COMENZAR a hacer?
A partir de aquí, ya sabes… Es Septiembre, el mes de las libretas nuevas. Cómprate una de papel reciclado y haz tu propio borrón y cuenta nueva. Prepárate para tu nuevo año.
¡Gracias muchas!
Bueno, así llegamos al final del capítulo de hoy donde quería exponerte que no estás solo o sola en este camino de encuentro con tu Ikigai. Que yo estoy a tu lado experimentando con las paranoias que se me ocurren y que estoy dispuesto a escuchar cómo vas en tu camino.
Espero que te haya gustado. Y si es así, te estaré eternamente agradecido si te suscribes a Spotify, o en iVoox, lo compartes por tus redes sociales, e incluso si lo valoras con 5 estrellas en iTunes. Así será más fácil que localicen nuestra tribu, ampliaremos esta familia de exploradores y conseguiremos que cada vez más personas encuentren su Ikigai.
Exploradores, ¡Seguimos en la aventura de la vida!
¿Te ha gustado este capítulo?
Para mí es muy interesante saber cómo te están ayudando todas estas reflexiones, entrevistas y propuestas de ejercicicos. Puedes darme tu opinión aquí o dejar tu valoración:
Deja una respuesta