Y volveremos a nuestro hogar, de nuevo a nuestro hogar
Hugh Jackman – El gran showman
Que sean los niños quienes nos enseñen
Vengo de un par de días de estar con la familia y compartir tiempo con mis sobrinos. Ah! Sí. Tengo dos sobrinos un niño, Aimar de 5 años, y una niña, Ainara de 3. Y aunque siempre sabe a poco compartir momentos con ellos, la verdad es que ha sido muy fructífero el tiempo compartido para desarrollar un poco más mi concepto de ser humano.
Y es que cada vez más pienso que tienen que ser los niños los que nos enseñen realmente a vivir (si te interesa tengo un seminario para volver a jugar como niños). Pero no sé por qué razón los adultos nos empeñamos en que sea al revés: ser nosotros quienes les “adoctrinemos” (porque no hay otra palabra) a ellos. Les trasladamos un conjunto de normas y de códigos para que se relacionen con la sociedad y las personas, ¡cuando ni siquiera a nosotros nos gustan muchas de estas normas! Es alucinante… En fin 😛
Hugh Jackman y toda su alma en el Gran Showman
Como os digo en el podcast, antes de arrancarme con este capítulo he estado visualizando este vídeo:
Lo que yo no sabía es que aquí Hugh Jackman estaba recién operado (por sexta vez) de cáncer de piel y tenía 80 puntos en la nariz. Su médico le prohibió cantar. Lo que el médico quizás no contaba era que el espíritu de Hugh no pudiera contenerse durante la puesta en escena que iba a llevar lograr la luz verde del proyecto y que les había costado 8 meses organizarla. Y, sinceramente, me alegro que fuera así porque nos habríamos perdido esta escena tan humana y tan de alma.
Como añadido a lo contado en el podcast, os dejo por aquí una declaración del propio Hugh Jackman sobre lo que significó esta película para él (unas líneas que copio amablemente de este post):
«Verdaderamente me encanta bailar, pero durante ocho años de mi vida no lo hice solo porque quería encajar. Así que ahora tiene un gran impacto en mí, y creo que en la mayoría de las personas en el planeta, que ser auténticamente quien eres es el único camino que puede darte verdadera felicidad. De lo contrario, te estás poniendo una máscara para hacer felices a otros. Y como padre de dos adolescentes, les hablo constantemente sobre la idea de que no importa quién seas, no importa cuán diferente seas a las supermodelos y jugadores de fútbol, no es importante. Ámate a ti mismo tal y como naciste».
Ejercicio para avanzar hacia tu Ikigai
Venga, va, vamos a por un nuevo ejercicio que nos permitirá seguir avanzando hacia encontrar nuestro propio Ikigai. Como siempre, siguen siendo propuestas muy sencillas y hoy hago un especial de verano:
- Haz un castillo de arena (o una mansión :P)
- Haz una cabaña de madera
Simple, ¿verdad? Pues estoy seguro que seréis pocos los que os arrancaréis a explorar estas actividades. Es más, me atrevo a decir que los que estáis más “ansiosos” por encontrar vuestro Ikigai y orientar de nuevo vuestra vida hacia aquello que vale la pena vivir seréis los que tendréis más resistencia. Curiosa la mente, ¿verdad?
¿Cómo me va a ayudar este ejercicio a encontrar mi Ikigai?
Te puede suceder que no encuentres la conexión entre hacer castillos de arena y encontrar tu Ikigai. Incluso puedes estar pensando que menudo es este Javi que no tiene ni pajotera idea de qué hace y tampoco entiende mi situación particular ni lo que significa realmente Ikigai. Bueno, estás en tu derecho, pero déjame que te explique mi punto de vista.
Bastantes me contactáis declarando que no sabéis qué os gusta. Que no tenéis ni idea. Y que tampoco veis la manera de reorientar vuestra vida. Y lo que me dice mi propia experiencia es que sí que lo sabéis pero que estáis tan bloqueados y agobiados por esto que no os permitís explorar nada nuevo. Voy a ser directo. He propuesto ya 4 ejercicios, a saber:
¿Cuántos de estos ejercicios has experimentado ya? Si la respuesta es uno o ninguno siento decírtelo así pero: te estás poniendo excusas y quizás no quieras realmente hacer un cambio en tu vida. Y no pasa nada, cada uno tiene su momento no te agobies.
Pero bueno, vamos al lío. Con este ejercicio (sean los castillos o las cabañas) vas a trabajar lo siguiente:
- Bloqueos mentales (sobre todo de ponerte excusas para no hacerlo)
- Contacto con la frustración: verás que tu proyección mental de lo que quieres construir no se ajustará para nada con la realidad
- Compasión: dado el punto anterior, puedes trabajar la autocompasión
- Descubrirás cuál es tu discurso interno y qué mensajes te dices cuando entras en contacto con la frustración
- Conectarás con la creatividad (un punto importante que te cuento en el capítulo de las soft skills)
- Conectarás con tu niño o niña
- Te dejarás de pejiguerías y conectarás con tu lado más primitivo (contacto con la naturaleza, con la arena, con los olores, con el agua, etc.)
Todo esto y mucho más es lo que te permite vivir una mañana, una tarde o un día entero haciendo castillos, cabañas, dragones y mazmorras. Y dime tú si practicar esto no te sirve para cualquier camino que surja de tu exploración a Ikigai. Por cierto, te dejo por aquí el resumen de los aprendizajes sobre Ikigai con Francesc Miralles.
Una vez más, muchas gracias
Espero que te atrevas a hacer este ejercicio y si es así te invito a mandarme una foto por aquí o que la subas a Instagram y me etiquetes.
Espero que te haya gustado. Y si es así, te estaré eternamente agradecido si te suscribes a Spotify, o en iVoox, lo compartes por tus redes sociales, e incluso si lo valoras con 5 estrellas en iTunes. Así será más fácil que localicen nuestra tribu, ampliaremos esta familia de exploradores y conseguiremos que cada vez más personas encuentren su Ikigai. Yo a cambio publicaré de forma regular y periódica, e incluso os daré las gracias personalmente en los próximos episodios.
Exploradores, ¡Seguimos en la aventura de la vida!
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Para mí es muy interesante saber cómo te están ayudando todas estas reflexiones, entrevistas y propuestas de ejercicicos. Puedes darme tu opinión aquí o dejar tu valoración:
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