Lo único que puedo decirles a ustedes es que si me hacen una pregunta y no sé la respuesta, les diré directamente que no sé la respuesta, pero también buscaré la forma de encontrarla, y cuando la tenga, se la daré.
Chris Gardner (Will Smith – En busca de la felicidad)
Introducción
Muy buenos días exploradores y bienvenidos un día más, un domingo más a un nuevo capítulo de Proyecto Ikigai. El podcast con el que pretendo inspirarte para que encuentres aquello por lo que vale la pena vivir. ¿Cómo lo haremos? Pues acercándote reflexiones. Proponiéndote ejercicios. Y entrevistando a personas para que poco a poco puedas avanzar en el camino hacia tu Ikigai. En definitiva, hablando sobre este concepto japonés que tanto promete.
Soy Javi Vidal, tu guía en este viaje explorador y ya sin más dilación: ¡empezamos!
Empieza la serie de preguntas y respuestas
Hoy os presento un capítulo muy especial pues son vuestras preguntas las que toman el protagonismo del programa. Pero antes de empezar recordad: estoy buscando a 9 personas que quieran testear mi nuevo programa online para encontrar su Ikigai. Me da igual la edad que tengáis y cuál sea vuestra situación personal y/o profesional. Simpemente busco a 9 aventureros que quieran experimentar el programa de inicio a fin.
Si estás interesado o interesada, escríbeme a través del formulario de contacto. Venga, va, ahora ya sí, empezamos con las preguntas. ¡Qué ilusión! ¡Espero que sea el primero de muchos programas de preguntas y respuestas!
Pregunta 1: sobre el programa de los objetivos
Bien, llevamos ya 10 programas y nuestra tribu va creciendo y con ello van apareciendo ciertas dudas. Por el momento son poquitas así que os voy pudiendo contestar directamente por el medio que me contactáis pero creo que las dos preguntas de hoy pueden ser de mucha utilidad para el resto de la audiencia. ¡Vamos allá!
Kapa es un amigo que trabaja como programador SAP y se está metiendo a tope con esto del podcast. Me comenta: “Me resulta muy inspirador tu podcast y creo que es muy necesario. He estado devorando todos los capítulos, incluido el de la entrevista de Marco de 1h y pico. Sin embargo, el capítulo de los objetivos lo he dejado a medias. Al final me mareaba mucho y no entendía si está bien o no ponerse objetivos y la verdad es que no me enteré. Un abrazo crack!”
Bien, Kapa, no te preocupes porque sabía que este capítulo iba a traer confrontación a algunas personas (os dejo por aquí el enlace al capítulo donde hablamos sobre ello). A ver, lo primero que necesitamos tener claro es que un objetivo es algo funcional y nada más. Esto quiere decir que nos sirve para funcionar en este mundo y sociedad que hemos creado, pero que no le tenemos que dar más importancia de la que tiene realmente.
El problema de marcarnos objetivos es que, normalmente, lo hacemos esperando obtener un resultado concreto. Y, tal y como nos han enseñado en nuestra educación, lo peligroso de esperar un resultado concreto es que trasladamos una parte de nuestra valía a su obtención. Es decir, para hablar llano: si obtengo el resultado esperado soy fantástico y la pera limonera, pero si no lo obtengo soy una caca de la vaca. Este movimiento es el que llamamos identificación. Yo me identifico con el resultado.
Te pongo un ejemplo concreto intentando que sea lo más cercano a tu industria. Imagina por ejemplo que estás en un proyecto SAP en el que te dicen que si lo desarrollas en 6 meses obtendrás un buen bonus. Echas un vistazo y ves que este bonus te irá perfecto para tener detalles impresionantes para tu familia en la época de Navidad o para hacer un viaje que hace tiempo le tienes ganas. Por lo tanto tu “compras” este objetivo que te marcan. ¿Si? Perfecto.
Fíjate que de una manera inconsciente con solo haberte marcado el objetivo, has cambiado las prioridades internamente. Antes lo primero era la tarea, incluso disfrutar de ella, y luego tu ibas a obtener un reconocimiento económico del valor que has aportado. Pero ahora, ya no es así. Tú ya te has montado la película al revés. Quieres ese bonus y para ello tienes que cumplir el objetivo. Has cogido el objetivo principal, lo has desgranado en otros más pequeños, te has hecho un planning que ves que es exigente pero factible si te sacrificas, lo sacarás. Confías en ti.
Entonces, cuando te pones a trabajar en la tarea, pueden pasar muchas cosas. Pero pongámonos en el peor caso. Empiezas a ver que el plan no se está cumpliendo. Así que animado por el incentivo, empiezas a despertarte antes o a irte a dormir más tarde. O empiezas a sacrificar planes con amigos o con alguna chica. El cuerpo y tu ánimo se ven perjudicados poco a poco y empiezan a salirte dolores físicos. Qué se yo. Dolores de espalda, o en las muñecas, o dolores de cabeza de tanto estar delante de la pantalla… Bueno, los típicos clásicos. Pero sigues sin remontar o al menos no lo suficiente.
Ahora imagínate que estás allí. En esta situación. Y te lanzo preguntas. ¿Crees que estás disfrutando la tarea? No creo, ¿no? Ahora, pon por el caso que estás trabajando unas 12h diarias. Fíjate que la mitad de tu jornada no la estás disfrutando. Y todo esto es porque te marcaste un objetivo para lograr un resultado concreto. Y está bien, no me malinterpretes. Es lo que nos han enseñado en esta sociedad.
Sin embargo, hay un peligro más oculto derivado de esto: la identificación con tu objetivo. Recuerdas que al inicio de todo esto tú confiabas en ti, ¿verdad? Pues si te has identificado con tu objetivo, como no lo estás cumpliendo cada vez te irás sintiendo menos confiado. Te sentirás menos valioso y más inseguro. Esto nos pasa con todo.
Pongo otro caso típico de nuestra sociedad. Imaginemos que estoy buscando una chica con la que mantener una relación estable. Si me identifico con este objetivo, sufriré siempre. Sufriré cuando no lo logro. Sufriré cuando empiezo algo con una chica pero de repente me da calabazas. Y si empiezo una relación seria con una chica, sufriré por miedo a que no dure para siempre.
La solución está en no identificarse. Ni con los objetivos ni con los resultados. Tú, yo y todos, valemos por lo que somos y no por lo que conseguimos. Y aún menos por lo que los demás digan de nosotros.
Espero que haya quedado más claro y cualquier cosa sígueme preguntando. ¡Ya me contarás!
Pregunta 2: sobre el proceso de duelo e Ikigai
Vamos ahora con la segunda pregunta que me llega a través de LinkedIn por mensaje privado. ¡Hola Javi! Soy Estefanía, estudiante de Diseño UX/UI y alguien me dijo que contactase contigo por mi proyecto personal. Estoy trabajando en una app para superar el duelo y mi idea es poder introducir la filosofía IKIGAI a los usuarios para que encuentren la felicidad y quizá se reinventen. Por lo que he visto eres todo un experto en el tema, me alegra mucho poder contactar contigo y pedirte consejo. No he encontrado demasiada cosa en internet sobre esta filosofía, solo he podido leerme el libro de Héctor García y Francesc Miralles. Casi toda la información que encuentro está más enfocada al trabajo y tal, ¿crees que se puede aplicar al duelo también? Si me puedes dar algún tip sobre ejercicios o técnicas te estaría muy agradecida. Millones de gracias por tu tiempo, Estefanía.
Bueno Estefanía, claro que sí. Empecemos por el principio. De manera breve la respuesta es un rotundo sí. Al menos bajo mi parecer. Pero existen un conjunto de matices que me gustaría trasladarte.
Creo que la pregunta interesante a hacerse y que te puede aportar mucha luz es: ¿qué es el duelo? ¿Por qué aparece este concepto de duelo en la raza humana? Si tiras del hilo de estas dos preguntas verás que el origen del duelo, a mi parecer, se ocasiona porque uno siente que ha perdido algo o a alguien. Puede ser un familiar, una pareja, un amigo, un trabajo, una pierna o lo que se te ocurra. Por lo tanto el duelo aparece cuando previamente hay un sentimiento de pérdida. Y si uno siente que existe una pérdida es porque previamente ha habido cierta dependencia con ese algo o alguien.
Con esto te abro un melón gigante y que me llevaría uno o varios programas. Me lo apunto para hacer un ciclo sobre la muerte, si estáis interesados escribidme a través del formulario. Pero no te quiero dejar solo con el melón, así que sigo adelante con la reflexión.
No obstante, volvemos a la pregunta original: ¿se puede aplicar Ikigai al duelo? Pues si tomas como dices tú el concepto Ikigai como la «búsqueda de la felicidad«, meh… queda muy flojo y vacío. Sin embargo, ve a la traducción más rica que precisamente dan en el libro de Francesc Miralles y Héctor García: «aquello por lo que vale la pena vivir«. Si trabajas desde esa perspectiva entonces sí.
A partir de aquí te recomiendo varias cosas. La primera es que te animes a ser una de las 9 personas que testeen el programa online que voy a lanzar. Es gratuito y te puede aportar ideas. La segunda es que sigas los capítulos de este podcast y en especial los de los ejercicios que voy lanzando. Son ejercicios enfocados a desprendernos de nuestros límites y recuperar nuestra esencia para conectar de nuevo con nuestra confianza. Y por último, hay un libro de Caroline de Surany de nombre Ikigai donde también propone muchos ejercicios. Además es un libro muy bonito a nivel de diseño.
Muchas gracias
Pues bien, con estas dos preguntas creo que me he alargado lo suficiente para cerrar este programa de hoy. Os animo a que no os quedéis con dudas. Recordad que los exploradores son curiosos por naturaleza, así que no temáis en escribirme por donde queráis (os recomiendo lo hagáis a través de la web en proyectoikigai.com/contactar). Cuando tenga unas cuantas preguntas, las juntaré en un capítulo como el de hoy.
Espero que te haya gustado. Y si es así, te estaré eternamente agradecido si te suscribes a Spotify, o en iVoox, lo compartes por tus redes sociales, e incluso si lo valoras con 5 estrellas en iTunes. Así será más fácil que localicen nuestra tribu, ampliaremos esta familia de exploradores y conseguiremos que cada vez más personas encuentren su Ikigai. Yo a cambio publicaré de forma regular y periódica, e incluso os daré las gracias personalmente en los próximos episodios.
Exploradores, ¡Seguimos en la aventura de la vida!
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