El volumen de agua ascendente es igual al volumen del cuerpo sumergido. ¡Eureka!
Arquímedes gritando mientras corria desnudo por las calles de Siracusa
Camps&You: descubriendo mi lugar en el mundo…
En la vida hay un orden o un sistema de funcionamiento espectacular. Cuando uno lo vive cuesta ponerlo en palabras, aunque dispongas de ellas con soltura y plena lucidez. Es un suceso que te desborda porque te rompe todos los esquemas.
Me ha sucedido varias veces en mi vida. Hoy me gustaría contarte la última. Bueno, ¿a quién pretendo engañar? Me lo quiero contar a mí, para cuando vengan las vacas flacas, me atrape la pesadumbre y necesite un recuerdo potente al que agarrarme.
Resulta que mirando Instagram vi la historia de un amigo que compartía una colaboración en un proyecto. Él es Joan Vives y lo postulaban como «Despertar Personal». No lo sé con seguridad, pero si la memoria no me falla yo me encontraba en el baño, donde uno muchas veces aparca las apariencias para descubrir sus orígenes animales.
De la historia de Joan empecé a tirar el hilo y descubrí Camps&You campamentos de verano para adultos. Era un viernes, 26 de Marzo y eran las 15:47 de la tarde. ¿Que por qué lo sé con esta exactitud? Pues muy fácil: tal cuál descubrí Camps&You reenvié una de sus historias de Instagram tanto a mi madre como a mi pareja con el siguiente mensaje: «¿Por qué no se me ocurren estas cosas cuando están perfectamente alineadas conmigo?«.
Como ves no conocía nada más y ya sabía que era mi lugar.
Los trámites: parte I
Recuerdo vivir ese momento con cierta frustración: una vez más llegaba tarde. Aún no me había dado cuenta que mi determinación y conexión con el proyecto había sido de un profundo calado. Pero ahora lo veo claro, porque así fue y como decía al inicio: una vez lo encuentras, la vida te sorprende con el camino de una manera clara, sencilla y llena de vida.
El caso es que sucedió que poco después de descubrirles compartieron una nueva historia donde hacían un llamamiento al talento. Había un formulario que rellenar con diferentes campos entre los cuales se encontraba un espacio para mandar un vídeo de presentación. Lo tuve claro clarinete: había que apostarlo todo. Sí, había que hacer un all in.
Fuá es que me emociono. Estoy viendo los puntos interconectados y estoy flipando. Me tengo que remontar al confinamiento. Y de ahí más atrás. Pero me quedo en el confinamiento, donde empecé a hacer vídeos chorra para animar a mis amigos. Recuerdo que tuve una pequeña batalla interna: me lo pasaba brutalmente bien, pero no le veía ninguna utilidad. ¿De qué me serviría tanto vídeo chorra?
¡Patapam!
Lo utilicé para mi vídeo presentación a la candidatura de Camps&You. Sí, tal cual lo lees. Si quería colaborar con estos campamentos lo quería hacer desde el juego, el ser niño bromista y la improvisación. A eso me refiero hacer un all in: salirme del Javi típico y apostar por mis sensaciones.
Los días antes del Camps&You: Electrifying weekend
¡Y resultó! Parece que apostar por mis sensaciones dio resultado porque al cabo de unos días conocería a los dos fundadores de los campamentos de verano para adultos Camps&You: Cris y Edu. Recuerdo que fue un encuentro por zoom súper cómodo y amigable.
Está claro que tenía nervios, que nacía una cierta pretensión por «querer lograr el puesto». Pero sorprendentemente me sentía plenamente confiado. Y es esta confianza en mí mismo la que me permitió ser yo mismo sin más. Por eso una vez conectados, todos esos nervios y mandangas mentales quedaron de lado y se produjo un encuentro entre amigos: risas, bromas e irnos conociendo un poco más. Vamos, como una cita Tinder pero sin la pretensión sexual. xD
El caso es que pasé esta nueva fase y ahora quedaba como la prueba final: vivir un simulacro de los campamentos pero en un fin de semana de prueba. No me preocupaba, lo haría bien. Pero de repente Edu me preguntó: «¿Tienes alguna habilidad especial del estilo dibujo, pintura, malabares, etc. que podríamos aprovechar para hacer un taller sencillo de 60-90 minutos?«
Ahí mi inseguridad llamó a la puerta. Tal es así que repasando la conversación de WhatsApp reconecto con ese momento lleno de dudas. Al principio me lancé sin más: «Pues de este estilo no… Estoy intentando aprender payaso, pero aun sin mucho éxito… Lo más artístico que he hecho está en mi IG, te lo paso x si se te ocurre algo. Imaginación tengo un rato. Tampoco lo he hecho nunca, pero puedo hacer un taller de impro.«.
No era una conversación con Edu, era conmigo mismo y con mi miedo e inseguridad. Solo que me atreví a hacerla pública. El caso es que Edu no me contestó al instante. Eso hizo que conectara más con mi inseguridad. Una hora más tarde estaba escribiéndole lo siguiente: «Porque, Edu, entiendo q ellos la idea es q no toquen un laptop en todo el finde, ¿no? Así q programar videojuegos retro, robótica y tal mejor no… ¿No?«. Algo que, en verdad, yo no quería hacer. Entonces, ¿por qué se lo propuse? Por miedo. Porque sé que la robótica y crear videojuegos sorprende y que poca gente sabe hacerlo, así que me siento algo confiado al ser el conductor del taller. Pero lo curioso es que siempre acabo aburriéndolo: uno se llena de material arriba y abajo, y los participantes nos perdemos en la técnica y no en lo importante, la creatividad, imaginación y la humanidad.
Total, que pasé un mal rato hasta que Edu no me contestó al día siguiente con un: «Muchas gracias Javi! Lo tengo en cuenta.«. Me derrumbé. No era la respuesta que esperaba. Por suerte Edu sí que sabía qué quería para los campamentos y también tuvo la habilidad de ver mi brillo y potencial. Así que apostó por mí: «Javi, he estado pensando que lo de impro puede encajar bien, piensa un poco en ello y hazme una propuesta.«. ¡Pam! ¡Liberado de mi propia trampa!
Tras el regalo de la vida de librarme de mi inseguridad (a través de un tercero), apareció una nueva: mi pánico a cagarla, a no hacerlo bien. Por suerte para esta tengo un poco más de habilidad para sortearla, para eso juguetee con la impro. Pero aun así me puse a crear un documento que me permitió ordenar ideas, estructurar el taller, etc. Edu y Cris me compraron la propuesta.
Botón del pánico
Como ves poco a poco, no sé si te has dado cuenta, en mi cabeza empezó a fraguarse la siguiente idea: «Esta es mi gran oportunidad«. Claro, ya llevas un tiempo leyéndome, y sabes que junto con esta idea viene una inmensa pretensión. Y con la pretensión vienen las tensiones. Así que los días previos empezaron a hacérseme algo pesados…
Por suerte, ya empiezo a conocerme un tanto y pude manejar la situación de una manera muy bella. Lo primero fue ir a comer por ahí con mi pareja la misma semana del campamento. Esto me permitía desconectar un poco mi cabeza, y dedicar un tiempo de calidad a ella puesto que pasaría unos días sin estar por casa y apenas conectado al móvil.
Otra cosa que logré hacer (aunque casi me vence la pereza mental) fue ir a casa de mi mejor amigo a echar unas partidas a la play. Eso es garantía de risas y de sacar tensiones. Algo que casi me peto por inventarme la excusa de que no tenía la maleta hecha.
Total, que ahí ya estaba yo entregado al finde cuando la mañana del viernes me entra un mensaje de un colega con el que había jugado a fútbol el lunes de que había dado positivo en covid_19. Se me cayó el mundo. Me sentí muy muy triste. Y también avergonzado. Apestado. Tuve el dilema si decirlo o no decirlo. Había poca probabilidad que yo lo hubiese pillado, pero existir existía. Pero no quería perder la oportunidad de expresar lo que llevo dentro.
Al final conecté con uno de mis valores y me envalentoné a decirlo. Recuerdo acercarme a Edu: «Edu, ¿puedo hablar contigo un momento?«. Me temblaba todo. «Mira que ha sucedido esto, no sé qué hacer«. «¿Cuál es el protocolo?» me preguntó. «Pues mira, al ser contacto de positivo tengo que hacerme la prueba y ver qué. Si diera negativo no pasa nada. Si doy positivo me tendría que aislar y vosotros al ser contacto tendríais que empezar a hacer lo mismo que yo: prueba y ver qué.«.
Claro, imagínate que has estado meses preparando un fin de semana espectacular. Horas sin dormir para planificarlo todo. Te has dejado miles de euros. Que es un evento orientado a promocionar lo del verano (tu primer pistoletazo de salida). Que lo tienes todo en marcha. Y de repente te vienen con estas… Yo no sé tú, pero en mi caso la reacción hubiera sido bastante emocional. Vamos, que o hubiese conectado con el cabreo o con la impotencia o la tristeza… No sé qué hubiera pasado, la verdad…
Pero lo que viví fue algo mágico: Edu, desde la calma más absoluta me dijo: «Pues habrá que seguir el protocolo. Y si se tiene que cancelar, pues se hará. Tú no te preocupes, llama al CAP de aquí y que te expliquen qué hay que hacer.«. En verdad son mis palabras, pero fue algo parecido. De ahí, tras varias llamadas, Cris me acompañó al CAP para buscar la manera de tener alguna respuesta a la que acogernos. Me sorprendí a mí mismo siendo ultra resolutivo y buscando siempre un hilo del que tirar para lograr lo que necesitaba.
Recuerdo esos momentos que me sentía muy sucio. Abría la ventana del coche. Me alejaba conscientemente de las personas: las conociera íntimamente o no. Tanto de manera física, como verbalmente (vía WhatsApp).
Dimos con un centro que me pudo hacer la prueba de antígenos. Recuerdo entrar con sensación de urgencia. Rellené el formulario pertinente e iba a pagar la prueba, cuando Cris me dio el dinero: «Javi, déjame a mí. Nosotros somos los primeros interesados en saber cómo estás.«. Hubo un poco de rifi-rafe con este gesto, pero al final me rendí a lo que necesitaba y me dejé cuidar.
Recuerdo, también, estar nervioso con el Dr. que me atendió. Le pregunté lo que se me iba ocurriendo no relacionado con mi prueba (el humor también me sirve para esto). Y luego el nerviosismo se acrecentó mientras esperaba resultados.
Tuve la sensación de estar en una película esperando a que naciera mi primer hijo o hija. Cris estaba conmigo, pero yo necesitaba aislarme porque seguía sintiéndome como un apestado y la sala de espera era muy pequeña. Si yo estaba infectado, no quería infectar a Cris. No quería que el evento se parara. A ninguna costa. Bajo ningún concepto.
Negativo
Negativo. Tantos años de vida condicionado por obtener el máximo de positivos posibles y ahora celebré un negativo como lo mejor que me había pasado en la vida. Madre mía, ¡cuántas cosas necesitamos reorientar en esta sociedad!
A partir de ahí todas esas sensaciones de preocupación dieron lugar a un estado de relax. Un gran abrazo y grito de júbilo por parte de Cris, me empezaron a devolver mi confianza y humanidad. Y tras ello, el montón de trabajo físico, mental, humano, espiritual y juguetil me permitieron conectar con la dignidad de ser yo mismo.
Lo que sucedió después queda en el Electrifying Weekend. En las fotos y vídeos capturados. Pero también en el corazón y el alma compartidos con todos los campers durante todo el fin de semana. Llenos gracias a las risas a discreción.
Reflexiones tras encontrarme en Camps&You
A medida que escribo estas líneas me doy cuenta de una cosa que ya la sabía, pero que queda plasmada de una manera brutal: no pinto nada en esta vida. Si te fijas, ha habido infinitas posibilidades de puntos de fuga y solo una posibilidad de llegar hasta este punto tal cual he llegado. Y sin embargo, aquí estoy.
Podría no haber mirado IG. Camps&You podría haber encontrado a alguien otro. Podrían no haber necesitado a nadie. Yo podría no haber hecho un curso de impro. Podría no haber jugado en cuarentena. Podría haber sucumbido a mi vergüenza. A mis miedos. El covid podría haber cerrado el chiringuito. Y un sinfín de largos y largos etcéteras.
Pero lo que me gustaría destacar es la gran humanidad de Edu y Cris. Uno cuando oye a alguien decir: «Lo más importante sois vosotros, los Team Leaders«, lo entiende y le gusta… Pero no esperaba que me pusieran por delante de sus propios sueños. Estoy seguro que ninguno de los dos lo vivió bien. Estoy seguro que esas horas de incertidumbre se les hicieron eternas. Y sin embargo, ahí estuvieron: Edu con su calma siempre preguntando cómo estaba. Cris dejando de lado todos sus cometidos (que seguro eran muchos) para estar a mi lado tanto físicamente como emocionalmente.
Yo no sé si hubiese sido capaz en su lugar. Tampoco sé qué hubiese pasado en caso de dar positivo. Nadie lo sabrá. Lo que sí sé (y ojalá sepa todo el mundo a través de este escrito) es lo increíblemente arropado y querido que me sentí en estos momentos.
Y por esto también sé que Camps&You va a marcar la diferencia.
¿Cómo vives tú esta historia?
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