Se el líder que siempre has deseado tener en tu vida
Simon Sinek
El capítulo de hoy
Hoy un capítulo súper interesante porque es el primer caso oficial que os traigo de un camino hacia Ikigai. Digo oficial porque hasta ahora os había traido historias de gente corriente y cómo habían ido sorteando las dificultades de su vida, pero con ellos improvisábamos más que construíamos un caso como tal. Os lancé el reto por las redes sociales, tanto Instagram, como Facebook y LinkedIn y he ido recibiendo muy buenas respuestas por vuestra parte. Muchas gracias a todos los que estáis haciendo todos estos ejercicios, estoy seguro que os pueden inspirar y ayudar en vuestro propio camino.
Antes de empezar, por eso, aquí tenéis colgadas las 10 claves para empezar el camino a vuestro Ikigai. Vais a la web y encontrarás el enlace fácil. Venga, y ahora ya sí… Soy Javi Vidal tu guía en este viaje explorador y ya sin más dilación… ¡Empezamos!
Planteando el caso de Simon Sinek
Aquellos que me conocen bien saben que tengo predilección por aquellas personas que tienen el don de hablar frente a multitudes y llegar a los corazones (y en ocasiones al alma) del público que los escucha. Como decía el protagonista del libro de Wonder: «Todos deberíamos recibir una ovación al menos una vez en nuestra vida, porque todos vencemos al mundo». Pues bien, Simon Sinek es una de esas personas.
Por si no le conoces, Simon (mi amigo Simon) es un conferenciante, escritor, curioso y optimista inglés que habla que te embobas. Además es un tío muy guapo y atractivo, así que eso te llevas extra cuando le estás viendo en pantalla xD. Es el creador del concepto de «Golden circle» o del movimiento WHY. Vamos, que es uno de los que inició la cruzada de transformación hacia la corriente del propósito. Asegurando que cree en un mundo donde la gran mayoría de las personas se despiertan inspiradas, se sienten seguras allí donde están y al final del día se sienten realizados por el trabajo que hacen.
Pero Simon no siempre estaba así de conectado con sus talentos y mucho menos estaba comprometido con su misión actual. De hecho, no tenía una misión de vida. Vamos, que era un superviviente más, como tú y como yo. Hoy te quiero acercar su historia por si te puede inspirar.
Simon Sinek, un tío cualquiera
Simon era un tío cualquiera. Empezó estudiando Derecho en Inglaterra y fíjate si era un tipo corriente que su primera elección no le gustaba mucho y acabó cambiando de carrera. Empezó a estudiar marketing porque según dice en una entrevista, le parecía una actividad más divertida que la abogacía.
Además, y esto ya parece de película, resulta que conoció a una mujer americana que estudiaba publicidad y quería salir con ella. Y poteito, potato, cambió de ocupación y de continente. Parece que al principio, le fue bien. Tanto que a los 28 años ya tenía su propia empresa, algo que había sido su sueño de adolescente. Vale, aquí quizás se desvincula un poco de lo que podemos considerar un tipo cualquiera, porque vamos no se tú pero yo en mi adolescencia tenía otro tipos de sueños. Guiño, guiño.
Luchando por su sueño
Total, que ya tenemos a un Simon Sinek que parece centrado y con las cosas claras. Vamos a por la empresa. Y bueno, cuando uno se mete en el mundillo emprendedor hay una estadística que te voltea la cabeza constantemente: y es que el 90% de los proyectos emprendedores tienden a fracasar en los 3 primeros años. Esto a Simon le ponía mucho y lejos de darle miedo le insuflaba mucha energía.
Pasó el primer año y lo celebraron. Tras el primero el segundo, y más vino para celebrar. Y finalmente batieron las estadísticas superando a millones de personas que antes que ellos lo habían intentado. De alguna manera habían logrado ser especiales. Todo iba viento en popa. Aparentemente.
Al cuarto año de haber iniciado su propia compañía Simon se desenamoró de su trabajo. Superficialmente lo tenía todo: un buen trabajo que funcionaba, clientes importantes (alguno de FORTUNE500), y todo el pack que os podáis imaginar que pueda incluir vuestro concepto de éxito. Pero Simon se desconectó.
Simon Sinek bailando con la depresión
Y Simon Sinek, ahí donde lo ves ahora, conectó con la depresión. Y se sentía tan avergonzado de esta sensación que se ocultó dedicando mucha energía a fingir que era feliz, exitoso y que tenía todo bajo control. «Esta no es una buena manera de vivir la vida» se sincera en una charla.
La depresión le fue llevando a la paranoia. Pensaba que el negocio iba a entrar en fallida. Le iban a desahuciar del piso. Que sus colaboradores no le soportaban. Que sus clientes pensaban de él que era un fraude. Y que todo el mundo que conocía era más listo y mejor que él. Pero él ahí estaba, fingiendo como un campeón.
Estos fueron tres meses que le han quedado a Simon impresos en su memoria. De Septiembre a Diciembre de 2005. Y lo peor, cuenta, es que la gente le daba consejos estúpidos como «Haz lo que amas» o «Sigue lo que te haga feliz». Thank you, dice irónicamente. Estoy haciendo lo mismo, nada ha cambiado y ya no lo amo.
Cuenta que ese año para el día de acción de gracias su cuerpo estaba ahí, pero que no recuerda nada. Si la gente le hablaba supone que contestó con algún monosílabo porque no tenía ningunas ganas de hablar ni interactuar con nadie. Y justo en ese momento tocó fondo: se convenció de que era un fracasado.
De la depresión al círculo dorado
Un día, un buen amigo de Simon se acercó a él y le dijo: estoy preocupado por ti, algo va mal. Y allí Simon se sintió en confianza para soltar todo lo que había escondido y quitarse un gran peso de encima. Conectó con la sinceridad, la humildad y la valentía de mostrarse tal y como estaba en ese momento.
Allí Simon se dio cuenta que toda esa energía que estaba usando para fingir cada día, la podía reconducir a algo más productivo. Y ahí Simon conectó con sus dos talentos principales: su inmensa curiosidad por saber cómo funcionan las cosas y su capacidad de encontrar patrones.
Y entonces sucedió algo maravilloso: conoció a Victoria Duffy Hopper que le habló por primera vez del cerebro límbico y el neo córtex. Y Simon puso sus talentos a trabajar y conectó eso con un estudio o trabajo de investigación que había hecho al principio de su carrera. Y ahí nació el círculo dorado.
Del círculo dorado a la vocación de servicio
Al descubrir todo lo relacionado con el propósito y el WHY, Simon Sinek conectó con su Ikigai. Y a partir de ahí uno ya solo se tiene que dejar llevar para que la cosa coja forma. Simplemente tienes que soltar cualquier pretensión y afán de protagonismo y servir y servir.
En el caso de Simon esto sucedió de manera muy orgánica. Sí que es cierto que tuvo un pequeño dilema al principio: patento la idea o lo regalo al mundo. Y gracias al universo decidió lo segundo. Empezó a explicarlo entre amigos. Y esos amigos avisaron a otros amigos y allí estaba Simon en el salón comedor de casa de sus amigos contando todo su hallazgo. Y lo demás es historia tal y como demuestran las millones de visitas en su charla TED.
Nunca se planteó ser un orador. «Ni siquiera ahora» confesó Simon antes de entrar a dar su charla en el World Business Forum. Ni siquiera ahora dice uno de los mejores y más inspiradores oradores del momento.
Conclusiones de la historia de Simon Sinek
Bonita historia, ¿verdad? Pero ahora te preguntarás…Oye Javi, todo esto está muy bien pero para qué me lo explicas. Yo he venido a que me ayudes a encontrar mi Ikigai no a que me cuentes historias de otra gente… Vamos a ver ahora las conclusiones que yo extraigo de este caso (y que seguro tú puedes completar):
- Date cuenta dónde estás poniendo tu energía: miedo (no querer mostrarme vulnerable) vs amor (acepto que ahora estoy así)
- Conecta con tu explorador: reconoce que no sabes qué te sucede. Que los caminos recorridos te han llevado donde estás pero no te llevarán a ningún otro lugar.
- Apóyate en tus fortalezas: aunque a largo plazo dedicarte a tus fortalezas solo pienso que es un error, en momentos de dificultad nos permiten sentirnos fuertes y desde ahí poder arrancar pasito a pasito. La mayor fortaleza de Simon es la curiosidad. Si no sabes cuáles son tus fortalezas, tienes un curso en la web.
- Haz cosas y sucederán cosas
- Humildad y vocación de servicio: hasta Simon Sinek empezó dando charlas gratis a sus amigos y luego en salones y de ahí ya la cosa se fue cogiendo forma de manera automática. Así que no adelantes acontecimientos, deja que la forma se haga sola.
¿Qué te ha parecido?
Bueno, y hasta aquí el programa de hoy. Espero sinceramente que te esté enriqueciendo todo esto que comparto por el podcast. Si es así y visualizas a alguien a quien le podría servir, ya sabes: le das a compartir y se lo mandas. Nunca se sabe la chispa que enciende un gran fuego. Y en cuanto a ti querido explorador, muchas gracias por suscribirte, por tus comentarios en iVoox, por suscribirte en Spotify y por tus valoraciones con 5 estrellas en iTunes.
Gracias de verdad por darme la oportunidad de acompañarte en este camino y por hacer todo esto sostenible. Porque sin ti, todo esto no tiene ningún sentido.
Exploradores, ¡Seguimos en la aventura de la vida!
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