El concepto de vulnerabilidad está en auge gracias a la conferenciante Brené Brown, pero a su vez el pasado domingo por un taller de improvisación teatral experimentamos un encuentro muy íntimo. De ahí que me plantease un poco todos estos temas: ¿son lo mismo la vulnerabilidad y la intimidad?
Aceptar nuestra vulnerabilidad, en lugar de tratar de ocultarla, es la mejor manera de adaptarse a la realidad
¿Por qué te hablo de vulnerabilidad e intimidad hoy?
Hoy te hablo desde un lugar más tierno, porque así me siento. Quizás debería explicar un poco que es para mí la ternura. O más bien, esta ternura que siento ahora porque para serte sincero no sé si siempre que uso la palabra ternura me refiero a lo mismo.
El caso es que me siento como enamorado. Sí, sería una sensación similar. Como fusionado con este momento de mi vida. O más bien con el instante. Siento a mi cuerpo relajado, blandito, permisivo. Es una sensación como de apertura, de expansión y acogimiento. Parecido a una sensación de pertenencia, pero sin la parte de dependencia. Disponible a la vida y a todo lo que está sucediendo.
Me siento con más capacidad de escucha y pausado.
Es una sensación muy agradable. Me la permito.
He llegado a ella precisamente gracias a esta permisividad y a esta posición de disponibilidad. Ponerme disponible. Y lo que fue la chispa que avivó este fuego es el encuentro de este domingo pasado en la sesión de Power Impro.
¿Qué es la intimidad?
Estoy investigando sobre la intimidad. ¿Qué es la intimidad me pregunto? En seguida las primeras imágenes que me vienen a la cabeza son cuerpos desnudos. Primero cuerpos aislados. El mío. El de alguna mujer. Pronto los mezclo. Ya no son un cuerpo desnudo, sino que son dos acariciándose.
Sin objetivo alguno pero sí con atención plena en todos los sentidos de esas caricias agradables, excitantes y que despiertan infinidad de estados y sensaciones. Frío. Calor. Excitación. Nerviosismo. Expansión del cuerpo. Cosquillas inesperadas en un punto que se había olvidado que existía. Respirar entrecortado. Respirar profundo. Conexión.
Vuelvo aquí. ¿Es esto la intimidad? ¿Cuerpos desnudos? ¿O son las sensaciones que se nos despiertan (y nos permitimos despertar) con ellos?
La palabra clave es, creo, conexión. Fusión. Dos que se olvidan de cada uno de ellos mismos para centrarse en lo que les une: esas sensaciones que, en el fondo, son energías compartidas. Ese baile de dar y recibir donde se difumina quién está haciendo el qué. Y uno no es hombre, ni mujer. Y curiosamente las vergüenzas, los miedos, las tensiones y bloqueos desaparecen. No tienen cabida en este espacio. En esta dimensión.
¿Es esto la intimidad? Hoy, hasta este momento, es así para mí.
¿Qué es la vulnerabilidad?
Hablemos ahora de la vulnerabilidad, como decía al inicio: un término que está cogiendo mucha relevancia en los últimos años, sobre todo gracias a Brené Brown.
El otro día, previo a una mentoría la persona a quien iba a mentorizar me enviaba este vídeo de Brené Brown. Es un vídeo de esos que se cortan y pegan varios mensajes de la conferenciante y que se ponen un audio de esos instrumentales y que suele apelar mucho a la emocionalidad. De hecho la vi aflorar en mí y también en la persona que me lo había mandado.
En este vídeo, que te dejo en las notas del programa, hay mensajes como los que siguen:
- No busques evidencias de que no vales, no eres suficiente o de que no perteneces, porque siempre las encontrarás
- La vulnerabilidad es la exposición de incertidumbre, riesgo y emocional
- El coraje te saca de la vulnerabilidad
- La curiosidad es lo que te permite deshacer la armadura
- La vergüenza no puede sobrevivir al ser hablada/expuesta
- Cuando te muestras, hay tres asientos que siempre estarán ocupados: vergüenza, escasez y comparación
Dicho todo esto, al acabar de visualizar el vídeo, me preguntaba: ¿qué es la vulnerabilidad exactamente? ¿Dónde se origina? ¿Por qué existe este término?
Los que me seguís de cerca sabéis que hablo mucho de deshacer la personalidad. A eso apuntamos tanto en la impro teatral como en las mentorías o en el acompañamiento filosófico. Desde diferentes lugares y con diferentes metodologías, pero todo apunta a ello.
¿Por qué expongo esto ahora? Pues, básicamente, porque tengo la sospecha que la vulnerabilidad está estrechamente ligada a la personalidad. Bueno, tal lo creo así que (hoy) me atrevo a decir que si no desarrollásemos ninguna personalidad no existiría la sensación de sentirse vulnerable.
Fíjate. La sensación de vulnerabilidad aparece cuando yo explico algo mío que me expone. Suele ser algo que me da vergüenza, o que no me gusta de mí, o de lo que no estoy precisamente orgulloso, o lo que sea. Pero por ahí van los tiros. Es un ejercicio de transparencia y apertura. Sí. Y uno podría pensar: pero, entonces, ¿no es un ejercicio de intimidad?
Vulnerabilidad vs intimidad
Y esta es la clave del capítulo de hoy. Lo que estoy tratando de investigar. Donde he llegado hoy es que no. Que vulnerabilidad e intimidad no son para nada lo mismo. De hecho están en dos planos distintos. La intimidad estaría en un plano profundo, mientras que la vulnerabilidad pertenecería a un plano más superficial. El profundo incluye al superficial, pero no pasa al revés. El plano superficial, a veces, de refilón puede llegar a tocar algo de lo profundo. Mientras que en el plano profundo (es tan inmenso) que lo superficial se diluye. Carece de importancia.
Entonces, retomo el tema de la vulnerabilidad. Decía que la sensación de vulnerabilidad aparece cuando yo expongo algo mío que me expone. De alguna manera ahí hay una idea que, por lo que sea, no quiero mostrarla al mundo y la quiero proteger. Bueno, por lo que sea no: dejémonos de florituras, es por miedo. No quieres exponer esta parte de ti porque tienes miedo: a ser rechazado, a no saber quién eres, a no estar a la altura, a que se rían de ti, en definitiva a ser expulsado de la manada/tribu.
Pensamos que exponer nuestra vulnerabilidad nos puede debilitar porque la otra persona puede usar eso contra nosotros. Y en parte es así. Porque si tenemos esta idea es porque le estamos dando una credibilidad desmesurada a nuestra personalidad. Es decir, nos estamos apoyando en ella para experimentar la vida.
Y la pregunta que me sale hacerme aquí es: ¿qué vida voy a experimentar desde mi personalidad? Una mierda pinchada en un palo. Porque la vida sucede en el plano profundo y la personalidad pertenece al plano superficial. Fíjate que tu personalidad se ha creado por tus experiencias e ideas del pasado. Desde el pasado nada nuevo puede suceder.
Ejemplo concreto
- Explicar el ejemplo del taller de power impro.
- Tengo la sensación que las parejas suelen empezar desde la intimidad pero poco a poco tienden a ir a la superficie y ahí empiezan las marejadas
Seguiremos investigando.
¿Te ha gustado este capítulo?
Para mí es muy interesante saber cómo te están ayudando todas estas reflexiones, entrevistas y propuestas de ejercicicos. Puedes darme tu opinión aquí o dejar tu valoración:
Deja una respuesta