Sí, tengo una mala relación con el dinero
Hoy empiezo un ciclo un tanto especial para mí, y es que hoy vengo a confesarme de algo que me da vergüenza admitir. Como no sé muy bien cómo hacerlo ni cómo empezar, tomaré el ejemplo de los grupos de alcohólicos anónimos que se ve en las pelis americanas:
Hola, soy Javi, y tengo una mala relación con el dinero.
Me siento avergonzado, me siento estúpido y abrumado por todo esto que estoy escribiendo. La verdad sea dicha, así que quede por escrita.
En fin (o en inicio), querido explorador, querida exploradora, hoy empiezo un ciclo en el que iré escribiendo mis aventuras y desventuras con este concepto monetario. Espero esto me sirva como terapia de pareja y poco a poco vaya entrando el romanticismo y la libertad entre el dinero y un servidor.
Empecemos por el principio si te parece…
¿Por qué me atrevo a decir que tengo una mala relación con el dinero?
Bueno, aunque me haya costado mucho admitirlo ahora que lo veo me parece absurdo haber negado tanto la evidencia. Sumando todas mis cuentas tengo actualmente 7.702,79€. Ni más ni menos. Pero la cuestión que hoy nos trae aquí nada tiene que ver con la cantidad de dinero que poseo pues a algunos les parecerá una cantidad muy boyante y a otros (en los que me incluyo) es una cantidad ínfima. Sobre todo si considero que mi gasto promedio al mes asciende a los 1.300€ aproximadamente y mis ingresos no llegan a los 1.000€.
Como decía, por eso, mi atrevimiento a decir que tengo una mala relación con el dinero no viene de estos cálculos matemáticos. No. Viene de un sentimiento interno que me bloquea y me boicotea constantemente. Algo que he podido apreciar solo al iniciar mi camino de emprendedor.
Mira, ser emprendedor tiene muchas cosas y entre ellas está el hecho de que te enfrentas a tus mayores demonios: tus monstruitos internos. Porque si quieres acceder a ciertos recursos hay alguien del proyecto que debe tener una habilidad comercial. Pero cuando estás tú solo contigo mismo y, además, el producto que vendes es un servicio que das tú… Hay muchas cosas que se mezclan (da la sensación que tú te conviertes en producto, aunque no sea así) y de ahí emergen muchos sabores.
Ejemplos de cuál es mi relación con el dinero
Para entender un poco mejor lo que estoy tratando de decir, me auto invito a hacer un breve «análisis» de la situación centrándome en el palabro «relación». Fíjate que en todo momento estoy usando la expresión «relación con el dinero» y no te digo simplemente que tengo un problema con el dinero. Aquí radica una sutileza que marca realmente la diferencia. Porque esto me permite ver cosas y aplicar conocimientos de otros ámbitos que me pueden enriquecer mucho.
Si, como decía, me centro en la palabra «relación» esto me permite hacer un símil entre el dinero y la pareja (un ámbito de mi vida que por circunstancias varias tengo un poco más trabajado). Así, sabiendo que no tengo una buena relación con el dinero, me puedo ir al ABC del desarrollo personal y plantearme dos preguntas básicas:
- ¿Qué estoy proyectando en el dinero?
- ¿Qué creencias me limitan en mi relación con el dinero?
Dos preguntas que me abren un sinfín de oportunidades de exploración aventurera. Y tú ya sabes que eso me gusta. Me gusta mucho.
¿Qué estoy proyectando en el dinero?
En esta serie que hoy empiezo iré explorando términos que daba por sentado, como por ejemplo ¿qué es realmente el dinero? Pero esto no corresponde por ahora. Hoy me gustaría extraer un poco mis vísceras dinerales xD Así que vamos a por ello.
Haciéndome la pregunta y observando mi comportamiento actual, me he dado cuenta que de las muchas cosas que podría estar proyectando en el dinero yo proyecto dos:
- Proyecto mi seguridad
- Proyecto una parte de mi felicidad
En resumidas cuentas, nunca mejor dicho xD, estoy constantemente entre dos comportamientos muy concretos. El primero es estar obsesionado por mis cuentas. Tengo un Excel que no te lo acabas. Tiene hasta 12 pestañas y en cada una de ellas voy haciendo un análisis de mis números desde diferentes perspectivas. Y lo actualizo entre 2 y 4 veces al mes…
El segundo comportamiento tiene que ver más con un «si tuviera esto yo viviría de una manera muy diferente». La última vez que construí una frase parecida fue comiendo con mi madre (con la que estoy emprendiendo un par de negocios) que le dije: «si tuviera más ingresos contrataría a alguien para que me limpiara la casa y yo estaría menos agobiado». La cual cosa, en verdad, es falso porque no dedico apenas tiempo a limpiar mi casa por lo que el origen de mi agobio es otro muy distinto.
Otras sensaciones internas que me evidencian mi mala relación con el dinero
Todo esto que os explico no es lo único que me sucede. Como avanzaba antes, el momento de hacerme emprendedor me ha puesto de frente aspectos que desconocía. Es curioso, pero desde esta perspectiva también aparecen dos aprendizajes:
- Siento que no valgo
- No disfruto el dinero
El primero de los puntos me nace en el momento que tengo que poner precios en mis productos y/o en mis colaboraciones. Me infravaloro. Como no vivo la confianza ni la seguridad en mí ni en mi potencial infinito, pues claro… Siento que no merezco una renda económica. Tiendo a rebajar mi precio/hora o incluso a regalar mis servicios. Como si esperara que alguien me dijera: «eh! Tío! Esto que has hecho es muy valioso, ya puedes empezar a cobrar bien». Claro… Esto no va a suceder, es como esperar a que Dios me envíe un SMS diciendo cuál es mi propósito de vida.
En el segundo caso, el de no disfrutar, resulta paradójico, ¿no crees? O sea, me «mato» tratando de conseguir dinero pero luego cuando lo tengo «nunca es suficiente» o «no voy a hacer este plan porque se me va de presupuesto», etc. Al ser emprendedor me excuso en el «tengo mucho que hacer» o «no tengo tiempo para dedicarme a hacer xxx». Pero en verdad estoy viendo que es una excusa barata para no lidiar con un problema más interno: que creo que el dinero es importantísimo y que le he otorgado un poder muy grande.
Claro, si yo le otorgo el poder al dinero no estoy dándome ese poder a mí. Por lo que en vez de ocuparme de lo verdaderamente importante, me obsesiono con ofrecer pleitesía a un trozo de papel o de bytes (si lo miramos desde la perspectiva online) y devanar mis sesos y mi entrega a algo que, en verdad, no tiene ningún valor.
En resumen
Bueno, como primera toma de contacto con este aspecto estoy muy satisfecho. He sacado bastantes cosas en claro. ¿Que por qué hago este ejercicio? Bueno, hay una parte de Ikigai que se ocupa de «cómo puedo lograr monetizar todo» y para ello necesito ir trabajando estos temas también.
El próximo post de este estilo irá sobre qué es el dinero realmente. Comprendiendo realmente lo que son y lo que no son las cosas suele ayudar mucho para limpiar y reaprender.
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