Esta mañana he terminado el libro Manual de vida de Epicteto. Ahora es jueves por la tarde y, tras varias horas de estar trabajando en este escrito y más de 1.500 palabras redactadas, todo se borró. Pero esto no me tira atrás para reemprender la actividad de nuevo, tras haber superado el abatimiento de esta sorpresa.
Y es que este manual me ha dejado una sensación un poco extraña porque en algunas ocasiones confluíamos mucho y en otras he visto posibles mensajes que, mal interpretados, pueden complicar la existencia de uno y generar mucho sufrimiento. Entonces, se me ha ocurrido que podría escribir por aquí un poco sobre lo que interpreto como delicado para que tú puedas explorar lo que te resuena más.
¿Por qué este ejercicio sobre el manual?
Claro, entiendo que entre Epicteto y un tal Javi no hay mucho color. Y aún se genera más distancia cuando de un tiempo a aquí el Estoicismo está volviendo con fuerza y popularidad. Pero, bueno, eso no me genera ningún tipo de tensión.
El caso es que este libro me vino recomendado por un amigo al que tengo mucha estima y al que aprecio mucho. Y como me dijo que le flipaba (y entiendo muy bien porqué) he sentido que me gustaría transmitirle mi punto de vista basado en lo que he vivido los últimos años. Él y yo hemos compartido muchas historias, sobretodo cuando éramos pequeños, por eso (y por ejercitar y revisar mis ideas) quiero hacer este ejercicio de apertura del corazón.
Querido Luis, esto es gracias, por y para ti.
Mensajes difusos y potentes del Manual de vida de Epicteto
Como avanzaba, en este escrito de Epicteto he visualizado ciertos mensajes que por un lado siento que tienen algo de certero y, por otro, me parecen un poco peligrosos. Y digo peligrosos porque a mi entender perpetúan lo que considero que es fuente de la insatisfacción y desdicha de esta sociedad que hemos mantenido hasta la fecha.
No son mensajes que vayan a generar guerras, ni declives económicos, ni nada por el estilo… Pero son ideas que mantienen a uno en un estado de ensoñación que le atrapa y no le permite ver el origen de su mal vivir. Y como en Proyecto Ikigai acompaño a las personas a alcanzar su pleno potencial, pues hoy toca hacerlo a través de esta lectura. ¡Empecemos!
Mensaje difuso #1: céntrate en las cosas que estén bajo tu control
Un mensaje constante a lo largo de todo el manual de vida de Epicteto es el de que para vivir bien la vida tenemos que:
- Discernir entre las cosas que están bajo nuestro control y las que no
- Centrarnos únicamente en aquellas que estén bajo nuestro control
- Evitar controlar o cambiar lo que no podemos
Si bien esta idea de base me parece un completo acierto, la cosa se complica cuando Epicteto escribe (y cito textualmente): “Bajo control están las opiniones, las aspiraciones, los deseos y las cosas que nos repelen.”. En mi propio camino lo que he vivido es que esto no es así. Que las opiniones, aspiraciones, deseos, pensamientos y emociones simplemente nos suceden (aparecen) y que, por lo tanto, no tenemos bajo control nada de esto.
Lo que sí tenemos es la capacidad de reducir la influencia que tiene todo esto en que podamos vivir plenamente lo que está aconteciendo en este momento de nuestra existencia. Es decir, tenemos la oportunidad de desapegarnos de ello y, así, vivir lo que realmente somos sin apariencias ni imposturas.
Por lo tanto, en modo aclaratorio, una posición que me parece más inteligente es la de centrarnos en rebajar el enganche que tenemos con nuestros pensamientos, sueños, opiniones, aspiraciones, deseos, rechazos y demás.
Mensaje potente #1: veamos las cosas tal como son en verdad
Este es uno de los mensajes clásicos en los escritos alrededor de temáticas similares. Otra manera de decirlo sería a través de la frase “la realidad es neutra”. Esto se refiere a que las circunstancias o sucesos simplemente suceden. Que no aparecen para crearte felicidad o malestar. Ni alegría o penuria. Ni suceden para ensalzarte o para hundirte. No. Simplemente suceden.
Todas las apreciaciones (positivas o negativas) son fruto de las gafas que llevas puestas y que conforman tu cosmovisión del mundo. Éstas fueron construidas por múltiples factores a lo largo de tu paso por el proceso de socialización. Y el problema de llevarlas puestas es que generan distorsión en el suceso que está aconteciendo (y esto, tarde o temprano, te lleva al sufrimiento).
Ya lo decía Shakespeare:
Las cosas no son buenas ni malas, pero pensar hace que lo parezcan.
William Shakespeare
Mensaje difuso #2: crea tu propio mérito
En el manual de vida de Epicteto aparece esta sentencia, la de crear tu propio mérito. Necesito aclararlo porque si no vas a ir a 200km/h contra un muro indestructible y puede que te hagas daño en algún momento.
Epicteto empieza instalando una verdad como un templo: “El mérito personal no puede proceder de una fuente externa.”. Esto es algo que necesitamos integrar en nuestra vida a rajatabla. ¿Cuántas personas se pierden en la búsqueda de la aprobación o el reconocimiento de sus compañeros de trabajo, amigos o sus jefes o parejas? Tantas que ya dejé de contar hace tiempo.
El error de base ante “crear tu propio mérito” está en sentir que necesitas algún mérito. Esto suele ser así porque en el mismo momento que nos comprábamos las gafas de nuestra cosmovisión (ver arriba) compramos la absurda idea de que necesitamos “ser alguien importante». Una idea que si no te desprendes de ella va a orquestar tu vida a través de dos figuras muy dañinas.
“Ser alguien” suele tener la implicación que tal y como soy ahora no soy nadie y que me tengo que llenar de cosas para ser alguien. Si a esto le sumamos el “alguien importante”, de repente nos aparece una zanahoria inalcanzable que estaremos persiguiendo toda la vida. Pensando que mi vida tendrá sentido una vez pueda masticar el vegetal.
Por este camino, que trabajamos muy profundamente en el programa “encuentra tu vocación” porque es el causante de que no sepa qué hacer con mi vida, nos vivimos como un sucedaneo de quienes realmente somos. Conformamos una idea sobre quienes somos que normalmente nos hace sentir pequeños. Y por eso sentimos que necesitamos crear nuestro mérito. Una palmadita en la espalda que nos mantiene pululando por la existencia sin más.
Lo inteligente aquí sería desmontar la idea que tengo de mí y con ello caería esa obsesión por ser alguien importante. Pero, claro, ¿qué pasa cuando logre eso? ¿dónde me sostengo si elimino mi autoimagen?
Pues… ¡en la vida! ¿Te parece poco?
Mensaje potente #2: tu voluntad y las dificultades de la vida
Aquí he tenido dudas sobre cómo catalogar esta mirada del manual de vida de Epicteto. Por un lado me resuena mucho lo que dice de que la voluntad está bajo nuestro control. Aunque creo que es una mala traducción y no se refiere tanto al control en sí, sino más bien a que podemos ponerlo en juego siempre que necesitemos/queramos. Pero lo daremos por entendido.
Lo único que me gustaría pulir un poco es el mensaje alrededor de las dificultades de la vida. Aquí Epicteto da la sensación que nos invita a buscar dentro los recursos con los que contamos para hacer frente a dichos sucesos dificultosos. Todo bien, pero corremos el peligro de malinterpretar este mensaje con la idea anterior y pensar que las dificultades de la vida aparecen para que adquiramos herramientas y demás.
A mí me ayudó muchísimo una clase de acompañamiento filosófico en la que el profe me habló del concepto “decrecimiento personal”. Te dejo aquí el enlace al capítulo del podcast en el que hablo de esta idea con el ánimo de que no caigas en la trampa de que te tienes que “llenar de cosas” ante una supuesta dificultad.
Mensaje difuso #3: la libertad mal entendida
A lo largo del manual de vida de Epicteto aparece numerosas veces el concepto de libertad. Y ojo cuidadín con el término de la libertad porque en esta sociedad se malinterpreta mucho. Si bien es cierto que al principio el autor empieza apuntando maneras: “la libertad no es el derecho o la capacidad de hacer lo que te venga en gana.”, creo que luego ofrece una mirada (para mí) muy peligrosa.
En concreto hay un momento donde Epicteto declara que (y copio textualmente) “la libertad es la única meta que merece la pena en la vida. Se consigue prescindiendo de las cosas que escapan a nuestro control.”. Y me estremece pensar que tal idea aparezca en un manual tan exitoso en términos de ventas y lectores.
En primer lugar está el error de conformar la libertad como una meta a alcanzar. Si la convierto en una meta puede dar la sensación que es un estado o un lugar a alcanzar y que para lograrla yo necesito hacer ciertas cosas. Y no es bien bien así. La libertad es una cualidad que acontece y podemos vivir en cualquier momento y circunstancia. Solo requiere de una cosa: que se deshaga la idea que tengo de mí (y por ende mi ideal a alcanzar).
Y con esto me “cargo” la segunda parte de la sentencia puesto que nunca alcanzarás la libertad si te centras en lo que está bajo tu control. Precisamente la clave de vivir la libertad es que te sientas en plenitud sin autoimagen, referencias, ni cualquier cosa que se asemeja al control y te vivas como quien eres realmente.
Por eso, para mí, la manera inteligente de volvernos a vivir en libertad es volver a adoptar nuestra manera natural de existir de cuando éramos niños pequeños.
Mensaje difuso #4: mantente unido a lo que es espiritualmente superior
Aquí uso el título de “mensaje difuso” para no abrir otra categoría nueva que fuera directamente “mensaje erróneo”, porque la verdad es que esta parte me ha hecho poner en duda la veracidad de todo este manual de vida de Epicteto. De hecho, entre tú y yo, he revisado varias veces que fuera un documento original y que el supuesto Epicteto que escribe estas líneas sea realmente quien fue.
En diferentes ocasiones el autor escribe sobre la moralidad y habla también de la búsqueda de una vida superior. Claro, bajo estos términos me rechina mucho el concepto espiritualidad que nada tiene que ver con las morales ni con lo superior o lo inferior. Éste es un peligro que todos corremos, y que algunos caemos tarde o temprano.
El caso es que, a mi entender, la espiritualidad va de centrarte individualmente en tu propio camino de liberación para ir poco a poco confluyendo de manera natural en un único ser. Desde esta mirada todo lo que sucede está bien, no pasa nada y nada es mejor o peor. Simplemente todo sirve para la propia liberación por lo que todo es acogido y nunca se rechaza nada.
Por eso, no entiendo muy bien esta oda a la moralidad y que Epicteto hable de “compadecerse de las almas desdichadas”.
Mensaje potente #3: claridad en los mensajes
Y, como decía al inicio de este ejercicio, las sensaciones para con esta lectura del manual de vida de Epicteto van de un lado a otro. Y si bien parece que no me encuentro cómodo con algunas de las ideas que se explican, hay otras que me parecen muy relevantes de exponer y que, creo, no necesitan más que enumeración:
- querer agradar a los demás es una trampa peligrosa
- la preocupación y el temor son una pérdida de tiempo
- tu contribución es valiosa aun y cuando más personas hacen lo mismo que tú
- estudia el funcionamiento de la naturaleza
- el mal no reside de manera natural en el mundo
- toma distancia del suceso para tener una perspectiva más amplia
Mensaje difuso #5: examina una acción futura antes de emprenderla
Examinar y analizar son dos funciones que ocupa a la mente. El problema de estas dos funciones es que nos sacan de lo que está aconteciendo en el momento presente para irse al pasado (en el caso del análisis) o al futuro (en el caso del examen). Y como decía nuestro querido Dalai Lama: “Solo hay dos días al año en los que no podemos hacer nada. Uno es el ayer y el otro es el mañana. Así que hoy es el día adecuado para amar, creer, hacer y sobre todo vivir.”.
Sea lo que sea lo que examines sobre una acción futura (que ya de por sí es un absurdo tal y como nos demostró el año 2020), la vida hará con tu planificación lo que considere oportuno. El tema está en que luego pensamos y decimos que “la vida es muy dura” o “la vida me lo está poniendo difícil”. Y no es tanto así sino que te has quedado atrapado en el mundo de las ideas y los pensamientos.
Si yo hubiera seguido este consejo de Epicteto, habría descartado completamente el dedicarme a lo que hoy estoy haciendo. Ni estaría con el acompañamiento filosófico y mucho menos con la improvisación teatral. Lo inteligente aquí sería centrarse en lo que hay y lo que está aconteciendo en el presente. E ir dando espacio a aquello que ahora sientes verdadero independientemente de la idea que tengas de ti.
Mensaje potente #4: la vida es un banquete
En el manual de vida de Epicteto aparece una idea interesante, que por fortuna entró a mi vida hace años, y es que consideremos que la vida es un banquete. Y es que es así. ¡La vida es el más grande y suculento de los banquetes al que jamás asistirás!
Pero una vez más el autor lo sazona todo con un sabor un poco… ¡pse! Y es que dice que en este banquete debes de ser cortés, servirte una porción moderada y mantenerte en una actitud educada. Es decir… La vida me pone abundancia por doquier, ¿y yo tengo que ir de puntillas por encima de ella?
No, no y un rotundo no. Nos enseñan mensajes erróneos que nos conectan a una mirada escasa y de carencia constante. Y salir de ahí y volver a conectar con la abundancia es un trabajazo de la leche. Te lo digo yo que me está costando lo suyo y hace años que llevo en ello.
Lo inteligente aquí es darse cuenta que la vida es abundancia (tal y como expliqué en el ciclo sobre la abundancia del podcast) y aclarar mensajes y creencias limitantes que hemos comprado en nuestro caminar.
Mensaje difuso #6: sobre las relaciones
Epicteto vuelve a la carga moralista alrededor de esta área que es la de las relaciones. En un principio evidencia algo muy interesante (y cierto): “las relaciones con los demás nos revelan nuestros deberes”. Yo interpreto esto como la famosa ley del espejo: no dejas de ver a los demás a través de tu cosmovisión (las gafas de antes). Por lo tanto lo que te duele o alegra de una situación relacional vuelve a ser, una vez más, una invitación a soltar modelos.
El tema está en que luego el autor empieza a introducir un par de ideas que hace años hubiera compartido y que ahora empiezo a vislumbrarlo de otra manera. Por un lado está la propuesta de “deberte” a tu familia y aquí entra en juego las ideas (mentales) que hay alrededor de la figura paterna, materna y demás. Todas estas ideas no permiten a nadie vivirse plenamente, porque si yo considero a mi madre como mi madre entonces yo me comporto como un hijo. Y desde ese lugar ambos configuramos una serie de normas y comportamientos que nos encasillan y conforman nuestras propias ideas de nosotros mismos.
Y por otro lado, Epicteto me da la sensación que empieza a introducir la famosa sentencia de “aporta o aparta”. Vamos, que te tengas cuidado de las personas que te rodean porque dependiendo de quién te rodees tu vida irá bien o mal. Y ya sabes lo que pienso yo del “aporta o aparta”.
Mensaje potente #5: la esencia de la fidelidad
Me gusta especialmente la mirada que se declara en el manual de vida de Epicteto alrededor de la fidelidad. A mi entender se expresa que la fidelidad reside en sostenerse y entregarse a la inteligencia de la vida. Esto me parece muy bello pues deja de lado cualquier tipo de forma (la fidelidad a un Dios, a una pareja, a una empresa, etc.) para quedarse en la fidelidad a lo permanente que es la vida.
Lo que sucede es que luego se vuelve con el mensaje de ser fiel a las costumbres y tradiciones de la sociedad y esto ya me rechina un poco más. ¿Nos quedamos con la primera parte? 😉
Mensaje potente #6: no reprimas nunca un impulso generoso
Resalto este mensaje para llevarlo un poco más allá: no reprimas nunca un impulso que viene de la vida. Por más que te vaya a generar una situación aparentemente incómoda (porque confronta tu autoimagen con la posible autoimagen de otra persona, por ejemplo).
La vida pide expresión a través de tu forma particular. Reprimir esta expresión es bloquear una verdad como un templo. Nuestra misión es centrarnos en discernir el origen de nuestros impulsos: ¿vienen de la vida? ¿son fruto de la idea que tengo de mí? ¿tienen su origen en mi ideal a alcanzar?
Mensaje difuso #7: define claramente la persona que quieres ser
Y enlazamos con otra idea que no se a ti, pero a mí me parece pesada. Y lo pesado no forma parte de la vida. La vida es ligereza. Entiendo que el mensaje tras esta propuesta es la de que no nos estanquemos, sino que busquemos nuestro propio desarrollo. Si se interpreta de esta manera me parece adecuado.
No obstante corremos el riesgo, una vez más, de perdernos en el mundo mental. Y lo que provoca el mundo mental, sobre todo, es rigidez y en un futuro sufrimiento. Imagina que estás en una situación sin pareja íntima y te gustaría estar junto a alguien para compartir el caminar de la vida. Entonces empiezas a declarar un listado de quien considerarías que es una buena candidata a ser tu pareja. Claro, cuanto más ítems pongas en esa lista, menos personas encajarán y más vas a sufrir.
No tiene sentido. Esta propuesta no hace más que perpetuar el problema de base. Por un lado le confiere un peso enorme (de pobreza) a la idea que tienes de ti. Por otro, infla sobremanera tu ideal (porque claro, nadie va a definir querer ser la mierdecilla que se piensa que es). Y ya la tenemos liada.
Lo inteligente, una vez más, es diluir el peso tanto de la idea que tienes de ti como de tu ideal a alcanzar. Algo que trabajamos en el mastermind de vocación.
Mensaje potente #7: nos convertimos en aquello a lo que prestamos atención
Ya lo anunciaba hace muchos capítulos atrás, tu tiempo no es tu mayor recurso: la atención y la presencia sí lo son. Pongamos por ejemplo que se te cae una roca en el dedo gordo del pié. Esto te genera mucho dolor, no hay problema. Pero más allá del dolor, está la atención que le otorgamos a éste.
“Fíjate qué me ha pasado”, “¿por qué siempre me pasan estas cosas a mí?”, “no te creerás lo que ha sucedido”, y un largo sin fin de frases similares. Quedándonos aquí, donde la atención está puesta en un suceso pasado, nos estamos perdiendo los sucesos que van aconteciendo. Por ejemplo, que sí tengo dolor en el dedo gordo del pié pero los 19 dedos restantes están perfectamente sanos y realizando su función.
Esto es un mero ejemplo de lo que nos sucede en nuestro día a día: tenemos la atención muy poco entrenada y se nos va de un lugar a otro. Entonces de repente me siento desorientado, sin claridad, agotado, etc. Normal (que no natural). Y el problema de la atención es que mayormente es binaria: o está o no está.
Mensaje potente #8: adopta una actitud firme
Ya estamos llegando al final del manual de vida de Epicteto y aparece esta joya que merece ser ensalzada. Olvídate de todo lo que acontece alrededor, céntrate en tus sensaciones y experiencias y adopta esta actitud firme. Firme a la vida.
Pero ojo, te recuerdo que debemos entrenar la sensibilidad de nuestras sensaciones para verificar si vienen de un lugar verdadero (cercano a la vida) o si vienen de quien creo ser o de mi ideal a alcanzar. Porque como bien aparece en el manual: “si intentas ser algo o alguien que no eres, empequeñeces tu verdadero yo y esto juega en contra de encontrar tu vocación.”.
Gracias por revisar conmigo el manual de vida de Epicteto
Bueno, ha llevado más tiempo del que tenía planificado. Sobre todo por el apagón y borrado de todo el ejercicio xD Muchas gracias por llegar hasta aquí y, como siempre, estoy muy abierto a escuchar y resolver dudas si te aparecen en la lectura tanto del manual de vida de Epicteto como de este post.
Un abrazo gigante y seguimos en la aventura de esta vida!
Deja una respuesta