Es curioso como unas simples letras bien ordenadas pueden trasladarte de un estado de carencia a uno de abundancia. Realmente tener el don de la palabra puede llegar a ser transformador.
Andaba yo por la vida con mis 35 años (¡caramba si son los que tengo ahora! xD) y una maravillosa persona coge y me dice: «Javi, el valor no te lo da lo que sabes o lo que haces… Ni siquiera lo que haces con lo que sabes. Es tu presencia lo que da valor.»
Me quedé perplejo. Nunca antes nadie me había dicho que mi valor está en mi presencia. Y tú, ¿dónde estás poniendo tu valor?
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