Tengo esta frase de «conformarse es una forma de morir» grabada a fuego. Llegó a mí de manera totalmente aleatoria y me marcó mucho porque su impacto al leerla fue una gran y fuerte bofetada. Este capítulo de «Las crónicas del buen estudiante» explica la historia de esta frase y aquel día. ¡Empezamos!
Mis 29 años
Antes de cumplir los 30 años fue cuando la vida se cansó de enviarme pequeños avisos y me dio el gran empujón hacia el pozo infinito. Esto, si conectáis con ese espíritu de exploradores que siempre hablo, veréis que tarde o temprano pasa.
Las formas que tiene la vida de dar la gran hostia son diversas y depende de cada uno, aunque normalmente lo hace a través de aquello que crees controlar más o con lo que te sientes más seguro. En mi caso fue a través de mi pareja. Como los avisos sencillitos de sentimiento de vacío no funcionaron conmigo, la vida cogió y tras casi 10 años de relación lo dejamos.
Esto me trajo mucha inestabilidad a mi vida y yo no he sido bueno bailando con ésta. Con el tiempo que ha pasado me he dado cuenta que la gran putada fue que no tuve las herramientas adecuadas para saber qué hacer. Así, en vez de soltarme y romper con todo, me aferré a mis miedos. Eran los únicos que conocía bien. Y ante la incertidumbre, quise acogerme a lo que era seguro. Bueno, lo que yo pensaba que era seguro.
Un año más tarde…
Casi un año más tarde todo seguía igual en mi vida, pero sin pareja claro. Bien, ahora que cierro los ojos y me conecto con esa época siento que en verdad todo era «peor» solo que yo seguía sin darme cuenta de nada. La vida lo estaba teniendo difícil esto de hacerme espabilar 😛
Sí que es verdad que conocí a un grupo de gente increíble y que ahora conforman mi grupo de amigos principal. Pero la sensación de estar perdido había crecido. El trabajo que hacía no me satisfacía y lejos de afrontarlo con una actitud guerrera de «por mis huevos«, cada vez me marchitaba como las flores que tengo ahora delante. Era como un puto muerto viviente.
Entonces, entró un mail en mi bandeja de entrada titulado «Este sábado 12«. Ya ves tú… Tanto que te insisten en Marketing Digital a buscar un buen título para tener un mayor ratio de apertura de mails, y algo tan sencillo como eso en mí funcionó. Un mail que pondría la primera piedrecita en mi camino de autoconocimiento.
Este sábado 12
Rápidamente me puse en contacto con los responsables del mail:
Buenos días,
¿Quedan plazas disponibles para el taller de este sábado? Uno de mis objetivos para con este curso es descubrir (o saber cómo descubrir) cuáles son mis puntos fuertes y cómo puedo potenciarlos. ¿Es adecuado este taller para eso?
Muchas gracias,
Atentamente,
Javier Vidal Jordana
A lo que recibí la siguiente respuesta:
Hola Javier,
Este curso es totalmente adecuado para lo que necesitas. Se trata de quitar lo que te estorba para que puedas ver tus fortalezas.
Es como cuando le preguntaron a Miguel Ángel…
-Cómo ha podido sacar tanta belleza de un trozo de mármol.
Y él contestó…
-Yo sólo saqué lo que sobraba, la belleza ya estaba allí.
Hay plazas, la sala es muy grande. Te esperamos mañana a las 9.10 en Happyyoga Laforja.
Un abrazo
Lurdes Carballo
Directora
Con esta respuesta lo tuve claro. Iba a ir al Taller «¿Qué limita tu potencial?«. Estas cosas no hay que pensarlas mucho, o te lanzas y las haces o déjalo pasar. Lo raro era que entrara en acción tan rápido cuando estaba tan modo zombie, pero así funciona el alma. Por suerte nos guía más allá del modo en el que nos encontremos.
Sábado 12 a las 9:30h
Llegó la mañana del sábado y recuerdo mucho la resistencia que apareció por ir. Obviamente, es lo que tiene el modo zombie: hacía un día espectacular, sol tremendo y un montón de amigos iban a la playa a jugar a vóley. Y yo ahí, camino a un taller encerrado en una sala. Pfffffff!!
Una vez allí todo este ruido mental desapareció y empezamos el taller. Aquí os tengo que ser sinceros, recuerdo pocas cosas teóricas del taller, pero recuerdo muy bien las sensaciones. Por ejemplo, recuerdo muy bien un ejercicio que hicimos con un folio y unos colores sobre lo que queríamos vivir en la vida.
Pero por encima de todo recuerdo muy bien el final. De repente el profesor (que ahora he buscado y parece ser alguien con renombre en el sector del desarrollo personal xD) nos dijo que tenía un ejercicio que no sabía por qué pero que siempre le funcionaba muy bien. Era tan chorra como coger un papel que había dentro de un sombrero.
Fui a sacar el papel con mi mentalidad de ingeniero. Esto quiere decir que lo hice por no hacer un feo al profe, pero vamos que dentro de mí estaba pensando «menuda chorrada«. Cogí un papelito de mierda color naranja chillón. Y al echarle un vistazo ahí estaba: «Conformarse es una forma de morir«.
Conformarse es una forma de morir
Pam! Hostia de la vida con la mano abierta. «Que te des cuenta Javi, ¡que estás muriendo en vida!«. Fue ver el papel y caérseme el mundo encima. Mierda. Me estoy conformando con la vida que llevo ahora.
No puedo más de ser mediocre. Estoy harto de no saber qué hacer con mi vida. Me siento vacío y no sé qué hacer con esto. No sé cómo salir de aquí. ¿Cómo coño salgo de este pozo?
Os confieso que es ahora cuando veo la importancia que ese taller tuvo en mi vida. Era el año 2014. Pero deberán pasar varios años para empezar a resolver algunas de las incógnitas que me surgieron en ese entonces. Y aún sigo aprendiendo a base de hostias, pero por vida que ahora 6 años más tarde tengo muchas más herramientas que tuve entonces.
Y en tu vida, ¿ha habido alguna frase que te haya abierto los ojos de tu existencia y provocado un cambio?
*PD: La foto es de hoy día 22 de Febrero de 2020, hecha con mi móvil. Curiosamente vuelve a ser sábado, hace un día soleado que te cagas y mis amigos están de Carnaval. Pero me siento bien conmigo mismo. Nada ha cambiado pero todo ha cambiado.
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