Quinta ley: la ley de la intención y el deseo
Esta, a mí particularmente, me cuesta un poco más de entender (a nivel práctico me refiero). Empezamos planteando que todo en el universo es energía e información. Y la manifestación de esta energía e información, tal y como se describe en algunos estudios de la física cuántica está influenciada por la intención y el deseo.
Lo que viene a decir esta ley es que tenemos un sistema nervioso capaz de ser consciente del contenido energético e informativo del universo. Vamos, que nuestro cuerpo no está apartado del cuerpo del universo y que el primero es una reducción del segundo. De esta manera, según esta ley, somos capaces de modificar conscientemente el contenido informativo que da origen a nuestro cuerpo físico y hacer que se manifiesten cosas en él.
Todo esto lo podemos hacer mediante las dos cualidades inherentes de la consciencia: la atención y la intención:
- La atención vendría a ser nuestro sensor: capta la energía y nos permite cargar. Donde ponemos la atención se torna nuestra realidad de vida. Y al revés, donde no prestamos atención se marchita y desaparece.
- La intención sería como nuestro actuador: desencadena la transformación de la energía y la información. Tiene una flexibilidad infinita y poner la intención en el terreno fértil de la atención tiene un poder infinito de organización.
Para que esto funcione y se puedan manifestar tus sueños y deseos, la intención debe estar libre de apegos y a su vez no debe pelearse con el presente. La intención (deseo sin apego al resultado) es para el futuro, mientras que la atención está en el presente.
Cómo practicar la ley de la intención y el deseo
- Lista de deseos
- Liberar la lista (ver ley del desapego)
- Centrarse en el presente
- Dieta hipoinformativa
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